sábado, 28 de mayo de 2011

Mijail Bajtin: LA CULTURA POPULAR EN LA EDAD MEDIA Y EN EL RENACIMIENTO ...

Mijail Bajtin es uno de célebres escritores de su tiempo que fue opacado con un manto de la presión de ese momento. En los días de la Edad Media es sabido que quien gobernaba y decía quien es el que escribe y qué se escribe, fue la iglesia católica.

El libro muestra de cómo la población logra romper la seriedad, la monotonía, del imperio de la iglesia católica. Fue entonces la risa, la ironía fueron los medios de los cuales la población se valió para manifestarse y ridiculizar la opresión de la sociedad feudal.

Fue por ello que este trabajo fue considerado de no recomedable en su lectura, pero es importante conocer lo que dice Mijail Bajtin.

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LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA: EDUARDO GALEANO


Eduardo Galeano es uno de los historiadores y escritores que nos ha mostrado la realidad de nuestra América morena. Llama mucho la atenciòn el libro de Venas Abiertas de América Latina; mediante este documento podremos conocer lo que pasó después de la llegada de los europeos al continente de América Latina. Especialmente responde la pregunta por qué Europa ahora es como es y por qué América esta como esta.
En esta dirección se puede descargar EL LIBRO COMPLETO

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lunes, 23 de mayo de 2011

Amazonia: Innovaciones y dramas del súbito progreso hidroeléctrico

Reportajes
Amazonia: Innovaciones y dramas del súbito progreso hidroeléctrico
Por Mario Osava, enviado especial

Las represas que se construyen en un rincón del noroeste brasileño harán desaparecer un modo de vida bajo sus aguas, imponiendo avances y cambios dolorosos.



PORTO VELHO, Brasil, 23 may (Tierramérica).- El poblado amazónico de Mutum-Paraná, en el estado brasileño de Rondônia, está desapareciendo. Sus últimos inmuebles han de ser desmantelados antes de que las aguas del embalse hidroeléctrico de Jirau, en el río Madeira, lo cubran todo.

Uno de los habitantes ocasionales de Mutum-Paraná, Francislei Araujo da Silva, sintetiza un modo de vida local que también se extingue ante los cambios radicales y repentinos que provoca la construcción de dos hidroeléctricas en el mismo río, Jirau y Santo Antônio, alejadas solo 120 kilómetros una de la otra, en el noroeste del país.

"Vivo en esta área desde 1989”, dijo Silva a Tierramérica. Sus fuentes de ingreso son la minería, la pesca y la extracción de frutas amazónicas, como el açaí y la castaña, cuando no está prestando servicios de taxi entre ciudades y poblados del oeste de Rondônia.

Mutum-Paraná, fundado hace un siglo cuando el caucho natural hacía prosperar la Amazonia, creció luego como punto de apoyo del “garimpo” ‒la minería artesanal del oro y la casiterita, de la que se obtiene estaño‒ que se desarrolló en las tres últimas décadas. La actividad aseguraba pasajeros para el taxi de Silva.

Pero ante la inminencia de la inundación, la mayoría de los 2.000 habitantes del poblado fueron reasentados en Nueva Mutum, un conjunto de 1.600 casas y edificios públicos y comerciales que construyó el consorcio Energia Sustentável do Brasil (ESBR), a cargo de la obra de Jirau y cuyo principal accionista es la corporación francesa GDF Suez.

Silva no fue reconocido como habitante con derecho a optar entre una indemnización o una nueva casa, pues en los días en que se hizo el padrón de la población "estaba afuera, con el taxi en Porto Velho”, la capital de Rondônia, a 168 kilómetros de Mutum-Paraná, explicó.

Él reconoce que no tenía residencia fija, “a veces dormía en el auto o en una posada”, pero reclama en la justicia el resarcimiento que recibieron otros pobladores, ya que hizo su vida aquí durante más de 20 años. Además, quiere indemnización por un predio que dice tener del otro lado del río y que resultará inundado, y por el mercado de pasajeros que perderá como taxista.

Cuando exista el embalse, el garimpo sólo se podrá sostener con nuevas tecnologías y dragas más grandes, señaló Luiz Medeiros da Silva, gerente de socioeconomía de ESBR, que coordina programas para compensar a los desalojados y mineros, educación ambiental y proyectos que quedarían como legado para el futuro.

Jirau y Santo Antônio constituyen innovaciones en Brasil. Sus turbinas bulbo exigen poca caída de agua para funcionar y, por tanto, embalses menores. Jirau inundará 258 kilómetros cuadrados, una superficie pequeña comparada con represas similares, pues tendrá una capacidad de generar entre 3.300 y 3.750 megavatios.

Los desalojos rurales implicaron sólo 316 procesos, por la baja densidad de población. La mayoría optó por indemnizaciones, mientras 30 reclamaron el reasentamiento. La central Foz do Chapecó, que inundó 79,2 kilómetros cuadrados en el sur del país, implicó el desplazamiento de casi 2.500 familias, comparó Anderson Imolesi, encargado de reasentamiento rural de Jirau.

Los afectados en la zona del río Madeira, además de ser pocos, “no tienen perfil agrícola, son ribereños” que también practican el garimpo y la pesca, observó.

En su opinión, los asistidos se pueden considerar privilegiados. Además de una casa en Nueva Mutum, cada grupo familiar obtuvo un predio de 15 hectáreas para sembrar y una reserva forestal de 60 hectáreas de donde pueden extraer frutas, cumpliendo una exigencia legal.

Además, ESBR promueve una experiencia piloto, combinando piscicultura y horticultura orgánica, que podría abrir alternativas sustentables e ingresos para los reasentados rurales.

El proyecto prevé dos hectáreas de tanques para criar un pez amazónico, el tambaqui (Colossoma macropomum) y ocho hectáreas de huertos, maíz y tubérculos, regadas con el agua residual de la piscicultura que es rica en nutrientes.

La meta es producir 20 toneladas de pescado el primer año, 30 en el segundo y 40 toneladas en el tercer año, señaló Olga Torres, técnica del Instituto Pro Natura que conduce la iniciativa para Jirau. La unidad está planificada para 15 familias que podrán así ampliar sus ingresos.

La capacitación y ejecución, en ciclos de seis a ocho meses, pretende desarrollar un modelo que se pueda aplicar en otras comunidades, añadió Torres. Además, el grupo hará reforestación, recuperando especialmente la vegetación en las orillas de los ríos.

Ese y otros proyectos apuntan a dejar algún legado económico cuando terminen las obras de la hidroeléctrica y desaparezcan por ende miles de empleos en la construcción y el ensamblaje de la planta generadora.

Con ese fin, se encargó el diseño de un plan de desarrollo local a un equipo de la Fundación Getulio Vargas ‒institución de enseñanza superior e investigación de la sureña São Paulo‒ que incluiría un polo industrial vecino a Nueva Mutum, para el cual se dispone de tierras, anunció Medeiros da Silva. Una empresa fabricante de equipos hidromecánicos ya decidió instalarse allí.

Pero, pese a los esfuerzos, no hay forma de mitigar los impactos avasalladores de un megaproyecto como Jirau en un ambiente tan vulnerable. La construcción simultánea y cercana de dos centrales hidroeléctricas agravan las consecuencias.

Hay “indicios serios” de que los indígenas quedarán aislados en el área de influencia de las represas, hecho que exigía estudios previos a las obras, destacó Israel do Vale, coordinador general de la Asociación de Defensa Etnoambiental Kanindé, con sede en Porto Velho.

Rondônia tiene 52 etnias indígenas que hablan 30 lenguas diferentes y soportan los graves efectos que desató la rápida ocupación agrícola de su territorio a partir de la década de 1970. Con Jirau están afectados los territorios de dos grupos, karitiana y karipuna, acotó.

"No se cumplieron las medidas condicionantes que las empresas debieron ejecutar también antes de las obras, para asegurar condiciones de supervivencia a los indígenas", se quejó.

El Movimiento de los Afectados por Represas (MAB, por sus siglas en portugués) protesta por la falta de diálogo de ESBR, que contrasta con la actitud de los constructores de Santo Antônio, que aceptaron la negociación y las sugerencias sobre cómo asentar a una comunidad.

De todas formas, los dos consorcios solo reconocen como afectados a los que sufren la inundación del embalse, y excluyen a la población alcanzada por cambios indirectos, como la pérdida de medios de vida, de acceso al transporte o a las escuelas, criticó Ocelio Muniz, coordinador del MAB en Rondônia.

Muniz estima que 10.000 familias verán alteradas de algún modo sus formas de vida por las dos hidroeléctricas. Santo Antônio admite que ese impacto llegará sólo a 1.621 grupos familiares, y Jirau, a muchos menos.

Fuente: http://tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3975

lunes, 16 de mayo de 2011

CON LAS GAFAS DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

D. Gustavo Duch.1
Coordinador de la revista “Soberanía alimentaria, biodiversidad y
culturas”.

LA DEfINICIóN

Observando las realidades del mundo rural de nuestro planeta se puede llegar a una conclusión repetida y valida: parece que no existe espacio ni futuro para las pequeñas unidades familiares campesinas que –paradójicamente- alimentan directamente a más de la mitad del mundo.
Mayoritariamente las políticas globales y las políticas locales han definido e imponen, bajo los paradigmas neoliberales, un modelo de agricultura basado en modelos intensivistas capaces de producir grandes cantidades de alimentos con muy pocas manos participando en su siembra, cultivo, crianza, producción, etc., orientados hacia los mercados internacionales, hacia la exportación, donde la riqueza generada no revierte en el campesinado. El fenómeno de la aniquilación del campo, sabemos que no es nuevo y que en momentos históricos de desarrollo industrial pudo ser absorbido. Pero esta situación no es la que se da actualmente en los países empobrecidos del sur con la mayoría de la población viviendo en el campo. Cuando llegan a las ciudades solo les esperan los bolsones de pobreza.
Frente a estas posturas casi dogmáticas tenemos desde hace más de 10 años una propuesta alternativa, que enfoca la lucha contra la pobreza a partir de la defensa de la agricultura familiar a pequeña escala, que se reconoce bajo la bandera de la soberanía alimentaria.
Soberanía en tanto que defiende el derecho de los pueblos a poder definir sus directrices agrarias centradas en la defensa y promoción del sistema productivo nacional (como decía una mujer dominicana, “mientras un pueblo pasa hambre no tiene lógica alguna exportar nada”). Y alimentaria porque promueve una producción agraria basada en modelos agroecológicos que se demuestra, no sólo son los únicos compatibles con el futuro de un planeta en crisis ambiental, sino también los más saludables, los más eficientes en cuanto a producción de alimentos, y en los que la riqueza se distribuye con verdadera justicia.
Para acercarnos a este nuevo paradigma hay que romper las reglas del juego que funcionan en la actualidad bajo una lógica mercantil, que sólo son generadoras de desigualdades, y abordar la temática desde el reconocimiento de un sistema de derechos humanos y un conjunto de políticas activas. Frente a la privatización de los bienes fundamentales para la producción de alimentos ha de prevalecer el derecho al acceso a la tierra, al agua y a las semillas que harán posible otro derecho humano fundamental -mejor dicho vital- el derecho a la alimentación. Hoy la tierra sigue distribuida en grandes latifundios que acaparan las mejoras áreas cultivables arrinconando a los pequeños campesinos a las laderas, a los secarrales; el agua de riego es cada día un bien más escaso pero no se renuncia a usos ociosos de la misma; y la distribución de las semillas, elemento básico de toda la cadena alimentaria, está concentrada en cinco monstruos empresariales.
Las políticas agrarias, forestales y pesqueras deberán enfocar muy lejos del actual modelo de apoyo a las agroindustrias, para defender y promover la pequeña producción campesina familiar y asegurar el control local de los procesos de transformación, distribución y comercialización de los alimentos para que salga reforzadas las redes del mercado local y de temporada. Si no es así, seguirán repitiéndose crímenes tan graves como la presencia en mercados de países del sur de muchos alimentos importados, que por su economía de escala y las subvenciones que reciben, se sitúan a unos precios muy ventajosos frente a los locales, dejando a campesinas y campesinos sin oportunidades para comercializar sus productos. O la cada vez más presente fuerza de las grandes cadenas de supermercados. También éstas con su política de internacionalización y concentración se han hecho comunes en todos los países del mundo. Para los consumidores los mismos supermercados con las mismas marcas, como en casa. Para los productores agrícolas significa que disminuyen sus opciones de venta y las hace muy difíciles. Las grandes superficies tienen unas exigencias de volumen, regularidad, homogeneidad de los productos, y otras que de nuevo dejan fuera a las pequeñas explotaciones campesinas. Sin ellas el mundo no tiene porvenir.


EJEMPLOS EN MARCHA Y EJEMPLOS POSIBLES
Malawi es un país africano de 12 millones de personas de las cuales la mayoría viven de la agricultura y en las zonas rurales. Sus cultivos básicos históricamente estaban orientados hacia la exportación, café, té, algodón y también en el cultivo del maíz. A finales de los 90, el maíz, alimento básico, siguiendo los consejos del FMI dejó de ser apoyado gubernamentalmente (los campesinos no tenían ayuda para comprar fertilizantes, ni existía protección en frontera) para fomentar, decían, de esa manera su adquisición en otros países donde se vendía más barato. Con esas medidas su cultivo fue bajando progresivamente hasta producciones totalmente insuficientes para la población siendo corresponsables de hambrunas como la del 2005. Un país agrícola había sido despojado de su soberanía alimentaria. Sus familias campesinas había perdido la capacidad de producir sus propio alimento, su fuente de ingresos y consecuentemente la capacidad de comprar otros alimentos, por baratos que fueran. A partir de esa situación el país decidió no acatar más las reglas de las instituciones financieras internacionales y a medida que han defendido su propia agricultura y a sus agricultores y agricultoras, han conseguido superar las graves situaciones de hambruna. El presidente de Malawi, dijo: “mientras sea presidente, no quiero ir a mendigar comida a otras capitales”. De cosechas de maíz en el 2002 de poco más de medio millón de toneladas del grano, se pasó a la cifra de 3.4 millones de toneladas en el año 2007, para recuperar su soberanía alimentaria.
Los datos del 2010 son también esperanzadores: la media nutritiva de su población ha pasado del consumo diario de 608 kilocalorías por día a 2000.
¿Y en España? Seamos claros, la estafa del capitalismo no es sólo la crisis a la que nos ha conducido actualmente. El capitalismo nació y creció con la explotación y esclavitud de la clase trabajadora local o inmigrante, con la extenuación de los bienes que nos ofrece la naturaleza y con la invisibilización del trabajo que hacen millones de mujeres (básicamente como ‘cuidadoras’ de la sociedad) no computados en la cuenta de resultados. Nació, creció y es el momento de evitar que se reproduzca. Aunque la conducción de la crisis parece no acertar con el tipo de contención apropiada.
Desde diferentes sectores sociales y económicos espolean repetidamente para que hagamos de esta crisis la oportunidad para retroceder unos pasos del camino andado y retomar nuevas sendas. Para reprogramar un decrecimiento (no forzado, como él actual) saludable para un planeta caliente y enfermo, para revisar dónde y cómo se gastan los fondos públicos… y nada de eso asoma en el horizonte. Se puede pensar que los partidos políticos no tienen voluntad de afrontar los cambios estructurales a los que me refiero. También se puede intuir que, simplemente, no tienen ni la capacidad de imaginarse otro mundo posible. Añadamos ahora – a ver si la oyen- una propuesta más para alejarnos unos metros del capitalismo, en nuestro modelo de producir alimentos. Volver a ruralizar la economía.
Para ofrecer un pequeño análisis de lo que esta propuesta significaría tengamos en cuenta unas cifras y unos indicadores. Cifras: la población en paro está ascendiendo hasta acercarse al temido 20%. Mientras la población activa agraria está en sus niveles más bajos, sin llegar al 5%, generando un vacío de pueblos y territorio muy visible
por todas y todos nosotros. En los últimos 40 años la población de los municipios españoles de menos de 10.000 habitantes ha pasado de ser el 57% de la población española a tan solo un 23%. Indicadores: según datos de la organización Amigos de la Tierra el gobierno español nos demuestra claramente qué modelo de agricultura está diseñando para el futuro: en el año 2008, en España, se dedicaron 54,3 millones de euros en apoyar la investigación en biotecnología agraria y alimentaria (por ejemplo, la investigación en cultivos transgénicos) y 60 veces menos en apoyar la investigación en agricultura ecológica, con tan solo 0,9 millones de euros.
Más allá de los demostrados inconvenientes que tiene el modelo de agricultura tecnológica e industrializada (contaminación ambiental, riesgos sanitarios, competencia desleal con los países empobrecidos del Sur, etc.), veámoslo ahora desde el punto de vista de generación de puestos de trabajo. Si la comparación la hacemos entre la agricultura ecológica y la convencional (industrializada pero no transgénica) la primera demuestra -según diversos estudios internacionales- un 32% más de capacidad para generar empleo. Por ejemplo, algunos estudios han estimado que la transformación de la producción agraria de Inglaterra y Gales a ecológico supondría un 70% más de empleo en el medio rural.
Siguiendo con el informe de Amigos de la Tierra, los datos demuestran que la agricultura campesina y ecológica todavía genera más empleo y tejido económico si se compara con la transgénica. Mientras la agricultura transgénica en España –después de 12 años de fuertes inversiones en el único país europeo donde se permite el cultivo de transgénicos a gran escala- ha generado en torno a 1.950 puestos de trabajo (sumando los generados en las empresas biotecnológicas más los agricultores que utilizan maíz transgénico en España), la agricultura estrictamente ecológica, genera 14.310 empleos en las empresas del sector más 35.407 productores y productoras, que nos proveen de alimentos bajo este modelo respetuoso con el medio ambiente.
Es decir, las inversiones del gobierno dedican 60 veces más por un modelo de agricultura que genera 25 veces menos empleo, que el que demuestra generar la agricultura a pequeña escala y ecológica. Como sabemos, además, el modelo ecológico atrae a gente emprendedora y joven hacia un medio rural envejecido y masculinizado. Una propuesta que favorece también las capacidades de nuestro país de suficiencia alimentaria, disminuyéndolas dependencias de alimentos importados (la Unión Europea es importadora neta de productos alimentarios básicos, importando alimentos por un valor de 173.000 millones de euros, mientras que exporta alimentos por valor de 127.000 millones de euros, según datos de la Organización Mundial del Comercio), pues como ha sido demostrado por muchos investigadores sus capacidades productivas no son inferiores a las de la agricultura química.
Añadamos pues a las bondades de la apuesta por la Soberanía Alimentaria de los pueblos la enorme capacidad de generar empleo sostenible y necesario. ¿O dejaremos de comer?
Como dice Susan George en su último libro ‘Sus crisis, nuestras soluciones’, «todas estas crisis proceden de las mismas políticas neoliberales establecidas por los mismos actores; a pesar de que se agravan mutuamente, ninguna es una fatalidad. Podríamos gozar de un mundo limpio, verde, rico y justo, donde todos y todas pudiéramos vivir dignamente. A su lógica, debemos oponer la nuestra. No es tan complicado si comenzamos por invertir los términos». Primera inversión: cambiemos una agricultura intensiva en petróleo, por una agricultura intensiva, sí, en mano de obra.


LA LUCHA
Compuesto por miles de animalitos microscópicos, sincronizados y unidos en una sola vida, el coral marino, toma forma de largos arrecifes consistentes como una roca.
En cualquier lugar del mundo, en los más fértiles y en los más inhóspitos, vive uno de los más de 200 millones de pequeños campesinos y campesinas que integran la organización mundial La Vía Campesina. Cada uno de ellos ha sembrado sus propias raíces que en el mundo subterráneo se han buscado y se han entrelazado, formando un tejido global, que les conecta y les alimenta fuertes como el coral marino, en una lucha compartida por la conservación de su forma de vida.
Con el convencimiento que el mundo no puede sobrevivir sin campesinas y campesinos que nos alimenten, la Vía Campesina plataforma de más de 130 de organizaciones de pequeños productores rurales y trabajadores agrícolas en más de 60 países, definen su lucha por la Soberanía Alimentaria con tres directrices: combatir, resistir y construir.
En primer lugar centrarán sus esfuerzos en combatir a las empresas transnacionales que reconocen como enemigo común. Son las mismas marcas y el mismo capital (Cargill, Nestle, Monsanto o Wall-Mart) las que están ejerciendo el control sobre los recursos naturales (la tierra, el agua, la biodiversidad, las semillas), copando la producción y el comercio agrícola, limitando las posibilidades de la agricultura o pesca a pequeña escala (como los grandes negocios madereros, los monocultivos de árboles para fabricar papel, la expansión de la soja o la pesca industrial), o bien rentabilizando la explotación de manos campesinas que posibilita negocios como la
salmonicultura de exportación y otras maquilas de la alimentación.
Las comunidades campesinas y los territorios indígenas son las primeras víctimas de la destrucción ambiental, de la contaminación del agua y de las consecuencias que ya depara el cambio climático, por eso, en segundo lugar plantean la defensa -la resistencia en sus territorios- de su modelo de agricultura campesina. Una agricultura a pequeña escala, en equilibrio con el medio ambiente, capaz de producir la cantidad de alimentos que el mundo necesita, asegurando también su calidad y su adecuación al patrón cultural. Con una alimentación campesina, de cercanía y de temporada –como dice la Vía Campesina- se enfría el planeta.
Si los movimientos sociales han sido cuestionados por la falta de propuestas, el mundo rural (desde el sur, desde abajo) ha construido una alternativa global perfectamente desarrollada -para hacer frente a la crisis global- la soberanía alimentaria, fundamentada en el derecho de las comunidades locales, regionales y nacionales a producir sus propios alimentos y a trazar las políticas adecuadas para conseguirlo.
Para ello son necesarias políticas que permitan recuperar el control de los recursos naturales por parte de las propias comunidades locales; presupuestos para el desarrollo de la agricultura nacional y agroecológica; estrategias para repoblar el campo, favoreciendo la formación e investigación en modelos productivos con base agroecológica; y legislaciones que reconozcan el derecho a la soberanía alimentaria y promuevan la salida de la agricultura de los organismos internacionales, como la OMC, y de los tratados de libre comercio, así como el desarrollo de políticas públicas que detengan el poder corporativo que prácticamente monopoliza los sectores de la alimentación, en sus fases productivas, de transformación y de distribución.


CUADRO DE DESPIECE

En NYÉLÉNI, Mali, el año 2007, la Vía Campesina y sus aliados profundizaron su entendimiento colectivo sobre la Soberanía Alimentaria la cual:
1. Se enfoca en alimento para el Pueblo: La soberanía alimentaria plantea el derecho a una alimentación suficiente, saludable y culturalmente apropiada para todos los individuos, pueblos y comunidades, incluidos aquellos que tienen hambre, están bajo ocupación, están en zonas de conflicto y son marginados, en medio de políticas de alimentación, agricultura, ganadería y pesquería; y rechaza la propuesta de que el alimento es solo otra pieza mercantilizable para el agro-negocio internacional.
2. Valora a quienes proveen alimento: La soberanía alimentaria valora y apoya los aportes, y respeta los derechos de hombres y mujeres, campesinos y agricultores familiares, pastores, artesanos de la pesca tradicional, habitantes de los bosques, pueblos indígenas y trabajadores de la agricultura y la pesca, también migrantes, quienes cultivan, crían, cosechan y procesan los alimentos; la soberanía alimentaria rechaza aquellas políticas, acciones y programas que los subvaloran, amenazan y eliminan sus formas de vida.
3. Localiza Sistemas de Alimentación: La Soberanía alimentaria propicia encuentros entre los productores y consumidores de alimentos; pone a quienes proveen y consumen al centro de la toma de decisiones en temas relacionados a la alimentación; protege a los proveedores del desperdicio de alimentos y de ayuda alimentaria en mercados locales; protege a los consumidores de la comida de baja calidad y mala para la salud, de la ayuda alimentaria inapropiada y del alimento contaminado por organismos genéticamente modificados; resiste a las estructuras de gobierno, contratos y prácticas que dependen y promueven el comercio internacional insostenible e injusto y que otorga poder a corporaciones remotas y sin ninguna responsabilidad por sus acciones.
4. Empodera localmente: La soberanía alimentaria otorga el control sobre territorio, tierra, pastizales, agua, semillas, ganado y poblaciones de peces a proveedores locales de alimento y respeta sus derechos. Ellos pueden usar y compartir estos recursos de formas social y ecológicamente sostenibles para la conservación de la diversidad; reconoce que los territorios locales a menudo traspasan fronteras geopolíticas y asegura el derecho de las comunidades locales para habitar y usar sus territorios; promueve la interacción positiva entre las personas proveedoras de alimentos en diferentes regiones, territorios y desde diferentes sectores lo cual ayuda a resolver conflictos internos o conflictos con autoridades locales y nacionales; y rechaza la privatización de los recursos naturales a través de leyes, contratos comerciales y regímenes de derechos de propiedad intelectual.
5. Desarrolla Conocimiento y Destreza: La soberanía alimentaria se basa en la destreza y el conocimiento local de los proveedores alimentarios y sus organizaciones locales que conservan, desarrollan y manejan sistemas localizados de producción y cosecha, desarrollando sistemas de investigación apropiados para respaldarlos y cuya sabiduría pueda ser transmitida a las generaciones futuras; y rechaza tecnologías que socavan, amenazan o los contaminan, por ej. La ingeniería genética.
6. Trabaja con la Naturaleza: La soberanía alimentaria utiliza las contribuciones de la naturaleza de manera diversa con métodos de producción y cosecha agroecológica, los cuales maximizan las contribuciones de los ecosistemas y mejoran la capacidad de ajuste y la adaptación, especialmente ante el cambio climático; trata de curar al planeta con el propósito de que el planeta pueda curarnos; y, rechaza métodos que dañan las funciones de los
Ecosistemas beneficiosos, que dependen de los monocultivos de energía intensiva y fabricas de ganado, practicas de pesca destructiva y otros métodos de producción industrializada, los cuales dañan el medio ambiente y contribuyen al calentamiento global.

RECURSOS EN RED
WebdelaPlataformaRural:http://www.nodo50.org/plataformarural/
Artículostécnicosdeagroecología:http://www.agroecologia.net/
WebdeGRAIN,organizacióndeinvestigación:www.grain.org
RevistaSoberaníaAlimentaria,BiodiversidadyCulturas:www.soberaniaalimentaria.info
WebdeFIAN,organizaciónsobreelDerechoalaAlimentación:www.fian.org
Trabajadoresagrarios:www.rel-uita.org/
WebdelaVíaCampesina:www.viacampesina.org

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1 Gustavo Duch Guillot es licenciado en Veterinaria y Postgrado en Dirección de Empresas.
Director de Veterinarios sin Fronteras desde 1991 hasta el 2009. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la Federación Catalana de ONGD y Presidente de AGORA NordSud. En los últimos 7años colabora estrechamente con los movimientos y campañas relacionadas con la lucha por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la Plataforma Rural, colabora con las actividades de La Vía Campesina y con campañas como No te comas el mundo o Som lo que Sembrem.

Fuente: Boletín de novedades biblioteca digital Coordinadora de ONG Castilla de la Mancha.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Digamos ¡NO! a los Transgenicos


Las necesidades de alimentos en el mundo son serias, porque la demanda crece cada día más y más, debido a la creciente presencia de la población en el mundo.
El espejismo de la urbanización a nivel del mundo ha sido una de las “opciones” que ha tomado la población rural de encontrar mejores condiciones de vida, pero no ha resuelto de ninguna manera satisfacer sus necesidades.
Las empresas transnacionales apoyadas por los países desarrollados viendo esta necesidad de alimentos han invertido ingentes cantidades de capitales en ingeniería genética, y de esta manera modificar ciertas semillas para producir en condiciones extremas y hacer frente a plagas y otro tipo de problemas por las que constantemente pasan los agricultores a nivel del mundo.
Pero el problema que esa producción de semillas modificadas y la producción de alimentos se ha convertido en un comercio del hambre. Estas empresas transnacionales están lucrando con el hambre del mundo.
A la vez eliminando la diversidad biogenética de las poblaciones, la variedad de cultivos existentes en el mundo. Porque estas empresas y compañías transnacionales fomentan el monocultivo.
Por otro lado las semillas transgénicas acabarían con nuestra diversidad genética, y de las semillas nativas. Una vez acabada (las semillas nativas) indudablemente pasaríamos a depender de estas empresas o compañías transnacionales para poder adquirir las semillas que producen y sabe dios a qué precios. Estas semillas transgénicas producen una sola vez, para una próxima campaña se tiene que volver a comprar la semilla transgénica de la empresa o compañía transnacional. Y ahí esta la ganancia y el comercio del hambre de los pobres del mundo.
Con ello, se liquidaría la agricultura y por sobre todo la agricultura agroecológica y por ende la Soberanía alimentaria.
Al depender de las semillas transgénicas dejaríamos de producir “los cultivos alimentarios básicos de los campesinos pobres, como la mandioca, las papas, el arroz, el trigo”, tantos otros productos que son parte de nuestra alimentación.
La mundialización o la globalización pareciera que también trata de afectar en el sentido de crear dependencia a nivel de unas cuantas semillas que se consuman en el mundo, de esta manera liquidaría las diversas culturas, los conocimientos y saberes ancestrales de tantos pueblos que por miles de años han conservado esa sabiduría. Por otro lado se corre el riesgo de que desaparezcan idiomas, capacidad de resolver tantos problemas que nos aqueja en cuanto a hambre y necesidades básicas, como el mantenimiento y cuidado del agua, plantas medicinales, etc. Bien decían las madres de nuestras comunidades que las semillas son patrimonio de nuestros pueblos y deben ser cuidadas y mantenidas.
Ahora, el problema de los daños que ocasionan los productos transgénicos en la salud humana ya es otro problema.
Éstas y otras tantas razones nos llevan a decir: Digamos ¡NO! A los transgénicos.

domingo, 1 de mayo de 2011

Para descolonizar Occidente

Más allá del pensamiento abismal

Boaventura de Sousa Santos. [Autor]

Acceder a libros importantes que -de alguna manera- hoy en día vienen las pautas del reconocimiento de los conocimientos locales. Una nueva manera de hacer uso de las ciencias sociales. El Libro que publica CLACSO es un analisis del papel de la ciencias sociales y a qué debe de responder en estos días.




El libro "Para descolonizar Occidente" en un título sugerente y tal vez apropiada.
En esta dirección se puede obetener el Libro Completo.

DESCARGAR LIBRO COMPLETO

EL MANIFIESTO COMUNISTA

La apreciación de los editores de WIKIPEDIA La enciclopedia libre es lo siguiente:

“El Manifiesto del Partido Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, por su título en alemán), uno de los tratados políticos más influyentes de la historia, es una proclama encargada por la Liga de los Comunistas a Karl Marx y Friedrich Engels entre 1847 y 1848, y publicada por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848.”

Comenzaba de la siguiente manera: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas !as fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.

¿Qué partido de oposición no ha sido motejado de comunista por sus adversarios en el Poder? ¿Qué partido de oposición, a su vez, no ha lanzado, tanto a los representantes más avanzados de la oposición como a sus enemigos reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?






¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!

AQUI HAGA CLIC PARA DESCARGAR EL DOCUMENTO COMPLETO.