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lunes, 26 de octubre de 2009
De la Educación Rural
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miércoles, 21 de octubre de 2009
A fin de año definen cómo se repartirá energía de Inambari
Según ministro, su sector priorizará consumo eléctrico futuro del Perú
Por: Silvia Mendoza Martínez
La distribución de la energía que se produzca en la hidroeléctrica de Inambari se definiría recién a fin de año, cuando finalice el estudio técnico que realiza el Ministerio de Energía y Minas (MEM), aseguró su titular, Pedro Sánchez.
Tras negar que ya se hubiera decidido qué porcentaje de la electricidad se destinaría al consumo interno y cuánto iría al mercado brasileño, el ministro dijo que el tema está en evaluación en ambos países, pero que su sector trabaja para priorizar las necesidades futuras de electricidad del Perú.
Cabe recordar que fuentes empresariales informaron con antelación que la primera propuesta del ministerio peruano a su par de Brasil preveía una distribución de 20% para el país durante los primeros 10 años de operación del proyecto, 40% en los siguientes 10 años y luego el 100% para el mercado interno.
Esta distribución fue criticada por analistas del sector energético, pues resultaría insuficiente para atender el crecimiento de la demanda interna, estimada entre 300 MW y 400 MW por año.
Al respecto, Valfredo Ribeiro, gerente general de la constructora OAS, socia mayoritaria del consorcio que tiene la concesión temporal de Inambari, aseguró que la fórmula para distribuir la electricidad será parte del acuerdo marco de integración energética bilateral que negocian los funcionarios del Perú y Brasil.
El titular del MEM agregó que los términos de tal acuerdo aún no están definidos y comentó que, de firmarse, abriría “un horizonte de oportunidades de comercio de energía que puede impulsar la construcción de otros proyectos hidroeléctricos” en la selva peruana.
Según el abogado especialista en el sector eléctrico Rolando Salvatierra, tal integración debe analizarse cuidadosamente, pues llevarla a la práctica implica superar varios bemoles como un posible impacto en la tarifa eléctrica. “Además, se necesitaría un marco regulatorio común para ambos lados de la frontera porque podría pasar lo mismo que ocurrió con la integración [energética] con Ecuador, que se firmó hace años, pero que hasta ahora no se concreta”, comentó.
Consultado sobre este punto, el ministro respondió que el precio se definirá de forma preliminar en los estudios de factibilidad que desarrolla Egasur, pero que finalmente responderá “a los mecanismos de mercado de cada país”.
El gerente de OAS precisó que el proyecto Inambari se lleva a cabo bajo la premisa de que el precio de la electricidad sea competitivo para ambos países.
FORMA DE CONCESIÓN
Otro aspecto que se definirá en el marco del acuerdo de integración bilateral es el referido a la concesión definitiva de la hidroeléctrica de Inambari, informó Sánchez.
Salvatierra explicó que la Ley de Concesiones Eléctricas prevé la entrega de concesiones de forma directa a las empresas interesadas luego de que cumplan con realizar todos los estudios necesarios y que obtengan el derecho al uso del agua.
SEPA MÁS
- La inversión prevista en la construcción de la hidroeléctrica de Inambari es de US$4.000 millones. De aprobarse el proyecto, la construcción demoraría seis años y se adjudicaría la concesión por 30 años.
- Según el Ministerio de Energía, el Perú solo aprovecha el 5% de su potencial hidroenergético.
- Actualmente, el costo del megavatio-hora en el Perú es 35% menor al promedio de la región. Es decir, mientras que aquí se paga US$45, en Brasil el costo llega a US$70.
- Egasur y el MEM afirman que, de construirse, la hidroeléctrica de Inambari respetaría las normas de cuidado del ambiente.
sábado, 17 de octubre de 2009
EL `ZAMBO' CAVERO
No tengo duda de que el Zambo Cavero era un ídolo popular.
La pregunta que tengo que hacer, desde el más modesto de los estupores, es si somos justos en este asunto de los funerales y los repartos póstumos.
Por ejemplo, un día, hace muchos años, se nos murió Juan Gonzalo Rose y, claro, la noticia salió en páginas interiores (y la TV ni siquiera la dio). Y como los apristas lo habían despedido del Instituto Nacional de Cultura, ningún discípulo de Haya se presentó al velorio.Y esto que Juan Gonzalo fue uno de los grandes de la poesía. Grande de verdad.
Otro día, muchos años después, se murió, con los pulmones hechos puré, Félix Álvarez y la noticia ni siquiera salió en los periódicos. Álvarez era un escritor sólido, un erudito oceánico y una de las mentes más agudas del Perú (porque, aunque nació en España, adoptó nuestro país como el suyo).
Alejandro Romualdo –otro poeta mayor y tempestuoso- se convirtió en una breve noticia policial cuando se murió a solas, como había querido, en su casita de San Isidro el año 2008.
Y no me acuerdo de que le hayan dado tantos júbilos de velatorio a José Adolph, el prolífico escritor de ciencia ficción, ni a Gustavo Pons Muzzo, maestro con mayúsculas, ni a Javier Mariátegui Chiappe, hijo del amauta José Carlos y desaparecido en el mismo año 2008.
¿Y cuántas transmisiones en vivo y de cuerpo presente hubo por la muerte de Constantino Carvallo, el gran educador? ¿Y por la de Pedro Planas , muerte precoz y más injusta que ninguna otra? ¿Y por la de Hugo Garavito ? ¿Y por la de Sofocleto ?
Paco Bendezú, poeta que tenía la gracia de la inocencia perdularia, murió de un cáncer desatendido en Neoplásicas, en la miseria y socorrido apenas por unos pocos amigos fieles. ¿Cuántos centímetros cuadrados le dedicó la prensa escrita peruana? ¿Y cuántos minutos la televisión embrutecida que pretende encuadernarnos?
¿Cuántas lágrimas se derramaron por Washington Delgado, poeta excepcional y empobrecido profesor de San Marcos?
Ninguna. Quizá porque no cantaba “Contigo Perú” sino que anunciaba: “Yo construyo mi país con palabras”. O porque no era amigo de Alan García. O porque vivió y murió en un país que cada vez más se parece a Fahrenheit 451, la ficción de Bradbury en la que los libros se persiguen y se queman.
Ayer, en pleno aquelarre funeral, escuché a Raúl Vargas –esa decepción generalizada, ese gourmet de sí mismo -alabar el seco de gato que Zambo Cavero comía y alentaba como potaje nacional y contribución a las misturas de Gastón.
Apagué la radio. Se puede ser un poco tonto (todos lo somos), pero hay un límite.
Hasta para las lágrimas teatrales hay un límite.
Adiós Zambo Cavero. Como que no te merecías las lloronas de encargo que se morían por salir en la tele y en la radio.
La Primera
11 de octubre de 2009
PASIÒN EN LA FORMACIÒN
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En el primer radioclip de esta serie hablamos de la pedagogía extractiva. Hoy hablaremos de otras dos muy relacionadas con ella.
▪ Pedagogía problematizadora El gran maestro uruguayo Mario Kaplún hablaba de una comunicación que problematiza. Por eso, en Radialistas, cuando nos solicitan ir a “facilitar” un taller, les respondemos que vamos, pero a “dificultarlo”.
Kaplún decía que lo que importa, más que enseñar cosas y transmitir contenidos, es que el sujeto aprenda a aprender, que se haga capaz de razonar por sí mismo… de elaborar conciencia crítica. Esto se consigue con una formación que pone en apuros, que cuestiona, que obliga a investigar, a pensar y repensar lo aprendido. Para poco sirven esos “facilitadores” que, por un falso respeto al grupo, anotan en la pizarra todas las ideas y disparates que salen del grupo y, al final, felicitan por la gran participación lograda.
Esa pedagogía “condescendiente” no ayuda a crecer. Y quienes la aplican, más que facilitadores son facilistas. Dicen que el movimiento se demuestra andando. Pues muy bien, en un taller da mejores resultados enviar a hacer los ejercicios sin muchas pistas previas, sin muchas indicaciones.
Que se equivoquen. Que aprendan de sus errores. Que aprendan desde la práctica. En un segundo momento, cada trabajo pasará por la mirada exigente del grupo y del conductor o conductora del taller y será enriquecido con las sugerencias de todos y todas.
En un tercer momento, los ejercicios se reharán con las recomendaciones dadas. Es sorprendente cómo cambian estas segundas muestras cuando se han “problematizado”, cuando se han evaluado con una mirada crítica tanto del grupo como del conductor o conductora del taller.
Los participantes terminan el taller cuestionados. Y de seguro, en su labor diaria, serán más exigentes consigo mismos y los resultados mejorarán considerablemente. Problematizar es una buena herramienta para ayudar a extraer el conocimiento que llevamos dentro.
▪ Pedagogía popular Sin menospreciar la labor de las universidades y sus académicos, pienso que la capacitación de una radio popular tiene que hacerse en clave popular. Sería una gran contradicción que los conductores y conductoras de un taller empleen un lenguaje abstracto, erudito, elitista, para formar a los comunicadores y comunicadoras populares. No vamos a un taller a demostrar lo ilustrados o leídas que somos. ¿De qué sirve hablar rebuscadamente si nadie nos entiende? ¿Quién nos dijo que esta verborrea inconexa era análoga a una enseñanza imponderable? Si queremos radios que enganchen con la gente de a pie, que lleguen a audiencias masivas, empleemos también en los talleres un estilo suelto y desenvuelto, hagamos ejercicios dinámicos, repartamos textos sabrosos de leer, hagamos sencillas las cosas difíciles y no al revés. Recuperemos en nuestra tarea de formación las expresiones populares, el habla coloquial, hablemos como hablamos siempre. Desgraciadamente, algunas formadoras y formadores sufren el mismo problema que muchos locutores: la enfermedad de la “dualidad locutoril”.
Locutores que fuera de la cabina hablan como gente normal, pero al entrar se trasforman, cual Dr. Jekyll y Mr. Hyde, adoptando un tono ceremonioso, una voz impostada y un lenguaje incomprensible. Practiquemos siempre con el ejemplo. Un comunicador o formadora popular enseña popularmente. Y para eso, qué mejor que echar mano de la siguiente pedagogía que veremos en el próximo radioclip.
Tomado de Radialistas Apasionados y Apasionadas: /www.radialistas.net
EL SUMAQ KAWSAY COMO EXPRESION DE LA DESCOLONIZACIÒN DEL PODER
El Sumak Kawsay como expresión de la descolonialidad del poderTatiana Roa Avendaño - 19 de Jan/2009
Ensayo de Tatiana Roa sobre el Buen Vivir, o ‘Sumak Kausay’
En el presente ensayo me propongo desarrollar la importancia que tiene la incorporación del concepto del Buen vivir o Sumak Kausay en las constituciones de Bolivia y Ecuador como respuesta antisistémica al concepto individualista del bienestar de la sociedad occidental. El Sumak Kausay del que hablan los pueblos indígenas andinos y que esta siendo acogido por otros pueblos de Abya-Ayla, ha significado un giro en la colonialidad del poder[1] que instauró el pensamiento y las políticas producidos por occidente como referentes universales y que se instalaron en el continente desde la invención de América.
Si bien, para algunos sectores de la academia podría no tener mayor significación el que se haya consagrado el Buen Vivir en las dos constituciones mencionadas, es interesante subrayar que el Sumak Kawsay como cimiento de estas magnas cartas constitucionales, expresa una ruptura al sistema económico mundial expresado actualmente en el modelo neoliberal y representa una alternativa en tanto replantea las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, es la noción del sumak kawsay la posibilidad de vincular al ser humano con la naturaleza "desde una visión de respeto, […] es la oportunidad de devolverle la ética a la convivencia humana, […] (es la necesidad de) un nuevo contrato social en el que puedan convivir la unidad en la diversidad. […] es la oportunidad de oponerse a la violencia del sistema”[2].Sin duda, el sumak kawsay es la expresión de actores sociales tradicionalmente deslegitimados e invisibilizados por las élites del poder, que han reclamado su participación “no necesariamente con el deseo de inclusión en los proyectos modernizantes de los Estados nacionales, […] abogando (así) por el respeto a la diferencia de pensamiento […] no-occidental” [3].Por tanto, para hablar del Buen Vivir como proceso de descolonización del poder, habría que reflexionar sobre el papel que han jugado los movimientos sociales indígenas, negros, campesinos, de mujeres, de ambientalistas y de obreros, para que este concepto como otros que lo integran: el derecho de la naturaleza, el derecho al agua, a la soberanía alimentaria, el estado plurinacional sean realidades. Habría que reconocer que son ellas y ellos los reales protagonistas de estas luchas contra-hegemónicas, quienes trabajan en la construcción de alternativas frente a la homogenización de las culturas y la vida.La fuerza de las demandas de participación política de los pueblos de América han sido determinantes para que las sociedades americanas hayan venido incorporando elementos de “un pensamiento no-occidental” y deseuropeizante no sólo en algunas cartas constitucionales, sino también dentro de las reivindicaciones del movimiento social continental, llegando incluso a permear a otros movimientos sociales en el Planeta; asuntos como la administración de justicia comunitaria, la interculturalidad y la plurinacionalidad, nuevas relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, los derechos de la naturaleza, los territorios colectivos, otros sistemas de creencias son expresiones de la ruptura que desde sectores tradicionalmente subalternizados han venido haciendo para desoccidentalizar y descolonizar el pensamiento, el ser y el saber.***La exhuberancia y el inmenso patrimonio natural de América Latina la hizo un lugar onírico o real desde los quiméricos proyectos y la más fuerte codicia de Occidente; no obstante su invaluable riqueza histórica, cultural, lingüística, humana y espiritual siempre ha estado en función de un centro externo, se han impuesto formulas ajenas a su realidad sujetas el paradigma liberal eurocéntrico que excluyó a los pueblos negros, indígena y mestizos del poder, de la economía y de todos los espacios de participación y oportunidad.Ya lo advertía desde hace un poco más de un siglo, con gran genialidad José Martí[4], que nos urge a pensar América y salvarla de “la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítico de la raza aborigen-, por la virtud superior” (Martí, 1985: 30). Porque desde el mismo momento en que se instala la matriz colonial de poder se invisibilizan y deslegitiman pueblos, culturas, conocimientos y saberes, técnicas y tecnologías, prácticas de vidas, espiritualidades. América Latina se condenó a mirarse a través del espejo de quienes nos colonizaron, se establece esta matriz de poder que “se impone en todos los ámbitos de la vida individual y colectiva […] que instaura un nuevo patrón de poder global en el proceso de expansión del sistema-mundo capitalista (Wallerstein) y que se sustenta en el ejercicio de la violencia y el despojo, en la usurpación material y simbólica, no sólo de los recursos naturales, sino sobre todo del sentido, del saber y del ser”[5].De esta manera, la lógica de la colonialidad estará presente desde los tiempos de la conquista hasta los tiempos presentes sin que hayamos logrado liberarnos, del todo, de nuestros complejos de subordinación. De ahí que el pensador cubano nos invite a trasformar el espíritu, a ser creativos como única posibilidad para innovar, para desafiar los valores eurocéntricos y construir un camino original, propio. Sin embargo para ser creativos se precisa la comprensión de nuestro propio contexto, es decir de nuestras culturas, nuestras sociedades y nuestra naturaleza, se trata entonces de escuchar las propuestas surgidas desde la periferia de nuestras sociedades, la de los negros y las negras de nuestras costas Pacífica y Caribe, la de los indígenas andinos y amazónicos, la de campesinos y campesinas custodios de semillas y cuidadores del agua, la de los indígenas mesoamericanos, las de las mujeres, la de los chamanes, los taitas, los werjayas y todos nuestros abuelos y nuestras abuelas que nos enseñan con sus sabidurías, y las de tantos otros seres anónimos que no obstante el avasallamiento desde la llamada conquista, garantizaron que aún hoy existan diversidad de lenguas, de culturas, de espiritualidades, de conocimientos y saberes y tantas otras formas de acercarnos y entender al mundo.
Indagar en las sabidurías del pensamiento indio, afro, mestizo nos lleve quizás no requerir construir nada «nuevo», como bien el colombiano Adolfo Albán, “sino a “reconocer y revitalizar y seguramente «traducir» todo aquello que todavía existe como «barbarie», exotismos», «saberes», haceres y «folklore»” (Alban, 2006: 71)
***Son tiempos de trasformación y cambios en Abya-Ayla, momentos de producción de alternativas contra el patrón de poder mundial[6] que se impuso en el continente desde hace más de 500 años. Son notorias las experiencias en el continente, se expresan en la fuerza de sus movimientos y los procesos de cambios constitucionales en algunos países andinos, que tienen más de una década, con la incorporación de asuntos como los derechos colectivos, la plurinacionalidad, los territorio colectivos, entre otras asuntos, pero no hay duda, que el cambio más significativo es la incorporación el buen vivir o sumak kawsay en las cartas constitucionales de Ecuador y Bolivia.El buen vivir como cimiento de estas constituciones, no es meramente un tema lingüístico, es algo tan novedoso y revolucionario porque implica profundas trasformaciones de las relaciones entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. El súmac káusai o allí káusai es una categoría central de la filosofía de vida de las sociedades indígenas. El sumak kawsay en runa shimi (kichua) significa vida armónica o vivir bonito, incorpora una diversidad de elementos de la cosmovisión de los pueblos indígenas: conocimiento, ética y espiritualidad, relación con la naturaleza, visión de futuro. El Sumak Kawsay conlleva a una visión de mundo holística en permanente construcción que consiste en buscar y crear las condiciones materiales y espirituales para construir y mantener el vivir bonito.
“El "buen vivir" también recoge las propuestas de descolonización de Aníbal Quijano, de Boaventura de Souza Santos, de Edgardo Lander, entre otros. El "buen vivir", es otro de los aportes de los pueblos indígenas del Abya-Ayla, a los pueblos del mundo, y es parte de su largo camino en la lucha por la descolonización de la vida, de la historia, y del futuro”. (Davalos)El sumak kawsay es un esfuerzo por reconocer los aportes y conocimientos milenarios de los pueblos de Abya-Ayla para enfrentar el mayor desafío que tienen la humanidad, la crisis ambiental que amenaza la propia existencia de la humanidad y cuya máxima expresión es el Cambio Climático. De ahí que la necesidad de replantear las relaciones entre los seres humanos con la naturaleza lleva necesariamente a hacer una ruptura con la imposición neoliberal del desarrollo y del crecimiento económico, implica “superar al capitalismo como sistema social e histórico” como lo expresa Evo Morales presidente de Bolivia.
El cambio climático que no es más la evidencia de una crisis de una sociedad que se sustentó en un modelo de civilización en el uso de combustibles fósiles y que han provocado el mayor desastre ambiental en las historia de la humanidad, no puede seguir siendo afrontada desde soluciones de mercado como lo plantea la Convención de Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto. Para enfrentar los problemas modernos se requieren soluciones no modernas dice Boaventura dos Santos.
Por esta razón, afrontar la crisis climática desde unas nuevas relaciones con la naturaleza, nos lleva a escuchar el llamado de los pueblos indígenas que se oponen a la explotación petrolera, como el pueblo U´wa que por más de una década ha expresado su oposición a los proyectos petroleros en su territorio o las propuestas que se construyen en Ecuador con el Yasuní de dejar el petróleo bajo tierra, representan reales soluciones al cambio climático.Dicen los U´wa que el petróleo es ruiría, (ruiría es la sangre de la Tierra, de la Madre, de la Pacha Mama), ruiría es sagrada, además sin la sangre el planeta morirá. Seguir extrayendo petróleo como actualmente lo hace la sociedad occidental es caminar inexorablemente hacia la muerte.
Reducir los niveles de consumo de hidrocarburos hasta cero implicará trasformaciones totales y concretas en la actual civilización. El Buen Vivir no es simplemente un discurso bonito, es un reto para asumir profundas transformaciones en nuestras sociedades, es asumir un nuevo paradigma civilizatorio, nos implica el reto de armonizar en la realidad nuestras relaciones con la naturaleza, nos implica poner en práctica el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, nos reta a escuchar las sabidurías de nuestros ancestros, nos abre la posibilidad para una “descolonización profunda”, a un diálogo con la naturaleza y a reconocer su dimensión espiritual.En última, lo que nos propone el Sumak Kausay es a “sacar el indio que todos llevamos en nuestra sangre”, a dejar que surja de nuestro interior nuestra herencia negra y mestiza, que el indio y el negro heredado de nuestros ancestros nos permitará reconciliarnos con la madre, con la tierra. Hemos transitado entre tinieblas por 5 centurias, usando unos lentes prestados, olvidando y negando lo que culturas milenarias construyeron a partir del conocimiento y la comprensión de estos vastos territorios.Es decir, estamos ante la posibilidad de indianizarnos pero no para a volver a ser exactamente como fuimos hace 500 años, como lo plantean quienes pretenden reducir y descalificar las propuestas que se construyen desde las periferias, sino para buscar nuestro propio camino, indianizarnos significa volver a nuestras raíces para comprender el mundo que habitamos, significa reconocer y aprender de las sabidurías de los pueblos que en América han estado ligados a la tierra, al agua, a la naturaleza, a la vida, mujeres y hombres negros, indígenas, campesinos mestizos, pescadores, recolectores. Indianizarnos es un llamado a recuperar la palabra y la voz, indianizarnos es una búsqueda de caminos auténticos, originales basados en las herencias y las sabidurías de nuestros mayores. Siguiendo a Martí “la inteligencia americana es un penacho indígena”.
Referencias bibliográficas
Alban Achinte, Adolfo, Conocimiento y lugar: más allá de la razón hay un mundo de colores. En Texiendo textos y saberes. Cinco hijos para pensar los estudios culturales, la colonialidad y la interculturalidad., Popayán, Editorial Universidad del Cauca, Colección Estiodios (Inter)culturales, 2006
Constitución Política del Ecuador, 2008
Davalos, Pablo en http://alainet.org/active/23920
Guerrero, Patricio, Corazonar una antropología comprometida con la vida. “Nuevas miradas desde Abya –Ayla para la descolonización del poder, del saber, del ser”, Asunción – Paraguay, Fondec, 2007.
Martí, José, Nuestra América, España, Biblioteca Ayacucho, 2da. Edición, enero de 1985
Mignolo, Walter D. La colonialidad a lo largo y lo ancho: el hemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad en La Colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, Argentina, CLACSO, 2000
Quijano, Anibal, Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina, en La Colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, Argentina, CLACSO, 2000[1] La colonialidad del poder es un concepto desarrollado por el sociólogo peruano Anibal Quijano, es entendido como “una estrategia de la “modernidad,” desde el momento de la expansión de la cristiandad más allá del Mediterráneo (América, Asia), que contribuyó a la autodefinición de Europa, y fue indisociable del capitalismo, desde el siglo XVI” (Mignolo, 2000: 57).[2] Davalos, Pablo en http://alainet.org/active/23920[3] Alban Achinte, Adolfo, Conocimiento y lugar: más allá de la razón hay un mundo de colores. En Texiendo textos y saberes. Cinco hijos para pensar los estudios culturales, la colonialidad y la interculturalidad, Popayán, Editorial Universidad del Cauca, Colección Estiodios (Inter)culturales, 2006[4] Martí, José, Nuestra América, España, Biblioteca Ayacucho, 2da. Edición, enero de 1985[5] Guerrero, Patricio, Corazonar una antropología comprometida con la vida. “Nuevas miradas desde Abya –Ayla para la descolonización del poder, del saber, del ser”, Asunción – Paraguay, Fondec, 2007.[6] Anibal Quijano habla del capitalismo como el patrón de poder mundial, la cual considera una estructura de elementos heterogéneos, tanto en términos de las formas de control del trabajo-recursos-productos o en términos de los pueblos e historias articulados en él. (Quijano, 2000: 222)