Según el periódico Folha de S. Paulo del 2 de junio, ya se encuentra en la fase de detalle el proyecto de lo que será el mayor reactor nuclear para investigación de América Latina, el Reactor Multipropósito Brasileño (RMB).
Con el objetivo de convertir al país independiente en la producción de isótopos radioactivos para la medicina (radiofármacos) , el reactor tendrá una potencia de 20 MW (cuatro veces más de lo que existe en su género en Brasil), y está presupuestado en 500 millones de dólares comenzando a ser instalado para el año próximo, probablemente en el centro de investigaciones de Marina, en Aramar (Sao Paulo), lugar donde también está siendo desarrollado el proyecto del submarino nuclear.
El combustible para el RMB tendrá 20% de uranio enriquecido, lo que por lo menos en esta fase lo libra de la perspectiva de tener problemas internacionales, pues está muy por debajo de los niveles de enriquecimiento necesario para los artefactos nucleares, del orden del 95%. Además, como afirmó al periódico citado el físico José Augusto Perrota, del Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares (IPEN), "todas las instalaciones nucleares de Brasil están bajo inspección internacional de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica). No hay duda en cuanto a las intenciones del país".
Los radiofármacos tienen diversas aplicaciones, en su mayor parte como marcadores en exámenes de diagnóstico. Actualmente, se hacen en Brasil alrededor de 3.5 millones de aplicaciones de radiofármacos, siendo los más utilizados el yodo-131 (para el diagnóstico de problemas de la tiroides) y el tecnicio-99.
Este último, derivado del molibdeno-99 es polivalente, pudiendo ser utilizado para diagnosticar cánceres y otras enfermedades del corazón, cerebro, hígado y óseas. El problema es que el molibdeno es importado, usualmente de Canadá, Holanda y África del Sur. Además de caro -32 millones de reales por año- existe problemas de suministro. En mayo, la empresa canadiense MDS Nordion, que surte la mayor parte del molibdeno al IPEN, anunció un paro del reactor que responde por 40% del suministro mundial del isótopo, afectando directamente a más de 300 instituciones brasileñas que tienen medicina nuclear, las cuales fueron obligadas a cancelar numerosos exámenes.
Con el RMB funcionando, la situación se revertirá. Según el IPEN, el estimado es pasar a facturar hasta 37 millones de reales anuales solamente en molibdeno-99 y hasta 25 millones de reales anuales con yodo-131, además de duplicar el número de atenciones en medicina nuclear en todo el país.
Fuente: MSIa Informa, 25 de junio de 2009.
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