lunes, 15 de febrero de 2010

El Buen Vivir. Una construcción colectiva

Por Mario Palacios Panez

Primero, el movimiento indígena ha construido estos paradigmas, estas leyes en todos estos últimos veinte años o más de manera colectiva, es decir haciendo uso de su principio de complementariedad, reciprocidad, del Ayni. El movimiento indígena ha ido recogiendo desde esa diversidad de pueblos y culturas esta construcción. Desde el Ecuador la tesis de Estados Plurinacionales, desde Bolivia el concepto y la tesis del buen vivir, que también se plantea desde los otros pueblos, desde la amazonía, los aymaras, los quechuas, desde los otros pueblos indígenas de América en su conjunto.

El movimiento indígena ha ido incorporando otros conceptos como el derecho de la madre tierra, el derecho mayor, las democracias comunitarias, los estados plurinacionales. Esto es un proceso y está en plena construcción, a pesar de los enormes logros que ha tenido al constitucionalizar varios de estos paradigmas en Ecuador y Bolivia, y de universalizar el debate y la discusión, creo que eso es un aporte a la humanidad en su conjunto.

Segundo, es lo que se ha dicho sobre el buen vivir. El buen vivir no se puede entender de manera que unas mentes lúcidas o tal vez algunos iluminados, ilustrados hayan construido una teoría, no es así. El buen vivir es la construcción colectiva de pueblos, de nacionalidades, de misiones colectivas, de esperanzas colectivas, de crear y recrear, y en esta etapa de franca confrontación con el modelo y con el sistema capitalista global, hemos ido y seguimos construyendo.

El buen vivir tiene que ver con todos los aspectos de la vida, no es solamente con la defensa de la madre tierra, o con la relación armónica de la madre tierra con el hombre, o de la relación del hombre con la madre tierra o del hombre con el hombre, y del hombre con el conjunto de sociedad, tiene que ver con muchos aspectos. El buen vivir tiene que ver con el buen alimentarse, con el buen dormir, con el buen bailar o danzar, porque en el mundo andino, ancestralmente y hasta hoy en nuestras comunidades todos los trabajos lo hacemos bailando, porque el trabajo es una alegría y no un castigo como en la concepción occidental.

Todavía el buen vivir sigue siendo un proceso en construcción, y ceo que desde nuestros pueblos, desde la diversidad de nuestros pueblos, en cada país estamos aportando. Hoy día lo que hemos podido recoger es el buen vivir desde el mundo andino, desde las comunidades andinas, de la subregión andina, y creo que hay enormes aportes en ese sentido.

Tercero, es que a partir de estas tesis del buen vivir, este nuevo paradigma, los pueblos indígenas hemos empezado a cuestionar, a rebatir algunos conceptos sobre los que se cimienta el capitalismo occidental. Uno de estos cimientos del capitalismo está en el crecimiento, en el desarrollo. Y como el crecimiento y el desarrollo son palabras desgastadas, falaces, mentirosas, hipócritas, entonces los economistas, los estudiosos occidentales, le han puesto apellido al desarrollo, han puesto desarrollo sostenido, desarrollo sustentable; lo último para engañar a los indios: han dicho desarrollo con identidad.

Pero, en el fondo, el desarrollo occidental es lo que nos ha llevado a esta situación de riesgo inminente para la humanidad en su conjunto. No es que el planeta esté en peligro, el planeta va a seguir existiendo, la madre tierra, la pachamama, el mundo como lo conocemos va a seguir existiendo, de otra forma. Lo que estamos viviendo, la furia de la madre tierra, es la respuesta a tanta destrucción y a tanta contaminación. Los que no vamos a existir somos los seres humanos, pero otras formas de vida van a seguir existiendo.

El culpable de esta situación de crisis que estamos viviendo es el capitalismo, la acumulación. Recordemos una tesis que el compañero y hermano Evo Morales difundió: los diez mandamientos para el buen vivir, y uno de ellos es que para el buen vivir hay que liquidar al capitalismo.

Cuarto, este proyecto del buen vivir, como el proyecto de los pueblos indígenas, es un proyecto de vida, de la vida, por la vida y para la vida. No es solamente un proyecto que tenga que ver con una reivindicación social del hombre, sino de la vida en su conjunto, de todas las formas de vida. Creo que si estos últimos 150 o 200 años la lucha ha estado centrada en la reivindicación social de la humanidad para la humanidad, en el presente siglo se abre un nuevo escenario, un inmenso escenario en donde no solamente el hombre es el protagonista, sino más bien el protagonista -en aras de que el hombre continúe en la madre y con la madre tierra- son los derechos de la madre tierra.

Ese es el aporte del mundo indígena, de los pueblos indígenas, del movimiento indígena al conjunto de la sociedad.

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Fuente: Agradecemos el envío de la información a Norma Aguilar Alvarado, del Área de Comunicaciones de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI). Sitio web: www.minkandina.org

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