lunes, 6 de agosto de 2012

CLACSO: ¡A (Re)distribuir! Ecuador para Todos ALFREDO SERRANO MANCILLA Coordinador


PRÓLOGO
Sobresalen los resultados alcanzados en el Ecuador en la pobreza y redistribución
de la riqueza en el quinquenio de la Revolución Ciudadana.
En la literatura especializada aparecen varias maneras de medir la pobreza: las coyunturales (por ingresos y consumo), las estructurales (necesidades básicas insatisfechas). También se conoce a estas medidas como objetivas. Hay otra forma de medir la pobreza: de forma subjetiva. Esta consiste en consultar a los hogares e individuos si se autodefinen o perciben como pobres.
En Ecuador, en los últimos cinco años, la economía ha crecido. Se ha generado mayor riqueza. Una responsabilidad ética es profundizar su distribución y redistribución. En 2011, según la encuesta nacional de empleo y desempleo urbana y rural (ENEMDUR) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la pobreza total medida por ingresos (las personas con menos de 2.3 dólares diarios), fue de 28.6%, mientras en 2006 fue de 37.6%, es decir tuvo una caída de 9 puntos porcentuales. Coincide con estos logros el reciente informe “Pobreza, desigualdad y percepciones sobre el mundo del trabajo en América Latina”, difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en el 20111.
Hay otro éxito sustantivo: la pobreza nacional rural cayó de 60.6% a 50.9% en el mismo período. No obstante, mientras haya un solo pobre, nadie puede sentirse satisfecho.


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