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Esta Guía invita, en primer lugar, a mirar la realidad que vivimos como un todo. Los enfoques de igualdad de género, interculturalidad y derechos humanos tienen un desarrollo conceptual de larga data. Sin embargo, se han estado profundizando en paralelo, muy pocas veces de manera interrelacionada, o a través de intersecciones parciales. Ahora tenemos la oportunidad de mirarlos como una totalidad, de observar cómo se entrecruzan, se potencian, se amplifican y se ramifican, para entenderlos desde otro lugar y para intervenir la realidad desde lógicas complejas y multidimensionales.
El desafío es la inclusión de la diversidad y la totalidad como focos de los procesos de programación de Naciones Unidas y reconocer estas dimensiones como un valor, que enriquece y aporta aldesarrollo, y no como un escenario a ser intervenido para lograr mayor estandarización y homogeneidad, o como un escenario en permanente conflicto.
El desafío es la inclusión de la diversidad y la totalidad como focos de los procesos de programación de Naciones Unidas y reconocer estas dimensiones como un valor, que enriquece y aporta aldesarrollo, y no como un escenario a ser intervenido para lograr mayor estandarización y homogeneidad, o como un escenario en permanente conflicto.
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