Introducción
El
siglo del psicoanálisis
Los hombres son tan necesariamente locos,
que no estar loco sería otro tipo de locura.
PASCAL
1925: “Está un poco chiflada,
eso es todo. Pero sin duda su espíritu rebosa de cosas sumamente interesantes.
Tiene una personalidad encantadora.” Alix Strachey describió de este modo a
Melanie Klein en una carta al esposo, James Strachey, que iba a ser el célebre
traductor y editor de la Standard Edition de las Obras de Freud, y uno de los
animadores del famoso grupo londinense de Bloomsbury.1 Las dos mujeres se
analizaban en Berlín con Karl Abraham, y por la noche salían a bailar en bares
“de izquierda”, no necesariamente de muy buena fama.
(…)
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