AIDESEP, 31 de marzo de 2010. La organización Pronaturaleza denunció que la construcción de la central hidroeléctrica Inambari solo generará destrucción para los pueblos indígenas pues, mientras sus territorios serán destruidos; EGASUR (formadas por las brasileñas OAS, Electrobras y Furnas) que operará la central, tendría ventas anuales por US$ 990 millones en los primeros 10 años y en 30 años serían de US$ 28 mil millones.
Y si se considera el 12% de utilidad neta después del pago de impuestos , las utilidades de EGASUR SAC serían de US$ 119 millones en los primeros 10 años, mientras que en 30 años ascenderían a la friolera de US$ 3,350 millones.
Más allá del daño social y ambiental que generará la construcción de la central hidroeléctrica de Inambari sobre las zonas más vulnerables de Madre de Dios y Puno, existe un tema muy interesante que pone en desventaja al Perú frente al Brasil, en estos primeros inicios de asociación energética.
Sin embargo, las ganancias no quedan allí. Sucede que como las centrales brasileñas de Madeira, Santo Antonio y Jirau, solo contarán con pequeños reservorios, para respetar la legislación ambiental de ese país, Inambari con su gran capacidad de represamiento, jugaría un rol de afianzamiento entre ellas, es decir, esas centrales podrán disponer de más agua,n inclusive en el periodo seco.
Este encadenamiento entre ellas tendría un valor de US$ 219 millones anuales. Dicho monto sería una utilidad neta dado que no hay costos asociados. En fin, un negocio redondo para Brasil pero no para Perú.
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