martes, 6 de abril de 2010

El caso de Agripina Ccacca Mamani.

¿Mujer que vendió a su hijo?
La noticia corrió como reguero de pólvora acerca de la “venta de un niño”, ésta “noticia” sucedió en la provincia de San Román, específicamente en el distrito de Juliaca. Los “medios de comunicación” con sus periodistas habidos de mostrar el morbo, de presentar al lector una “noticia que vende” vieron propicio, adecuado a su gusto esta “noticia”, “mujer” vendió su hijo. Entonces imprimieron en primera plana y con un lenguaje recogido de la replana, “mala madre vende a su hijo” o algo así.
Responsabilidad de los “periodistas”
Alguna vez estos periodistas que emitieron esa “noticia” se habrán preguntado: ¿qué madre quiere el mal para sus hijos? se habrán preguntado ¿por qué entregó su hijo a otra familia? De cuáles fueron las razones, qué problemas enfrentaba esa madre para poder haber tomado esa decisión. ¿Se habrán informado acerca de todo eso? Se habrán informado ¿en qué situaciones se encuentra el hogar de esa madre de familia? ¿esa madre y su familia tendrán recursos suficientes para poder alimentarse por lo menos en el día a día? se habrán preguntado ¿en qué condiciones se encuentra la familia de esta madre? Creo que no. Porque sencillamente a esa madre se la acusó de ser una mala madre y es más, se la tipifica de ser una mala mujer. Y dónde está el padre. A este personaje no se le acusa, no se dice quién es y ni dónde esta, ni siquiera se menciona que también tiene responsabilidades frente al hijo que procreo.
Responsabilidad del Estado
Por otro lado el Estado a través del brazo legal y actúa de acuerdo a lo que dicen los medios, e inmediatamente se moviliza y “aplica la Ley” y sanciona. Demanda a la madre de familia. Pero, aquí viene la pregunta: ¿tiene o no responsabilidad el Estado ante el desamparo de esta madre de familia? ¿dónde están las instancias que deben de velar por las familias que pasan hambre, frío, que no tienen recursos ni para el pan del desayuno –si es que existe este-? ¿quién socorre a los pobres y desposeídos? ¿la fiscalía de la familia solo sirve para pedir sanción a una madre que no tiene ni recursos para mantener a sus hijos?. Entonces el Estado sólo esta para castigar y nada más. Y dónde están aquellas personas e instituciones qué dicen ¡no al aborto!. Ellos también cuestionan la decisión que tomó Agripina. En fin.
La pobreza y la estigmatización
En verdad, qué fácil es acusar, lanzar la piedra o señalar con el dedo acusador a una madre de ser “mala mujer” o “mala madre” sin antes comprender la realidad por la que pasa la madre de familia, sin ver sus necesidades, su condición precaria. Y porqué razones entregó en adopción a su hijo a otra persona, lo hizo viendo su situación económica de no poder asumir con la atención en la salud y educación del niño; pero no porque Agripina sea una mala madre o madre desnaturalizada, sino, en el afán de darle a su hijo un porvenir mejor y ese porvenir le han podido brindar los esposos que tomaron al niño. Agripina pensó en el hijo, ella sabía que no podía satisfacer con la necesidades de su hijo porque no contaba con los medios necesarios, y, es más aún tiene otras bocas que alimentar. El niño en el ceno del nuevo hogar estaría en mejores condiciones que al lado de Agripina. Eso es lo que pensó, y muchas de la familias andinas asumen o resuelven esos problemas de esta manera. Y ello es permitido en ese espacio.
Ahora, cuál es la acción que va a tomar el INABIF, acaso no es entregando en adopción a ese mismo niño a otra familia. O será que el INABIF o la entidad encargada de atender a ese niño va cuidar de de él hasta que éste pueda tener los años suficientes y que pueda valerse por si mismo. Claro que no. En un momento determinado va a tomar la decisión de entregar en adopción. Y eso mismo era lo que estaba haciendo Agripina.
Por otro lado nos podemos dar cuenta que nuestra país, espacialmente nuestra región esta atravesando una época de crisis, de muchos somos los que tenemos afrontar esta crisis económica a los que nos han llevado los gobernantes que hemos tenido. El sistema en el que vivimos sólo sirve para acusar, para hacer cumplir la Ley. Pero cumple con la Ley de apoyar, pero el hambre no alimenta con Leyes. Los pobre son acusados de inmediato ante la Ley y llevados a sanciones y condenas urgentes, pero los de cuello y corbata, ellos no, de ellos hasta los periodistas muy poco se ocupan, de ellos no levantan noticias sensacionalistas y conminadoras.
Tanto las formas de cómo se anoticia y como se juzga, son propias de este sistema que ha perdido sensibilidad, valores y sobre todo análisis de lo que se dirá como noticia, pero muchos consumimos ese producto barato teñido de sangre y morbo, lo que no debe ser así, los consumidores tenemos que ser más críticos de lo que consumamos.

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