domingo, 26 de agosto de 2012

SALUD E INTERCULTURALIDAD EN AMÉRICA LATINA Perspectivas antropológicas

PRESENTACIÓN
La llama de Tintín
Hace tiempo aprendí que las llamas de los Andes escupen con certera puntería. Fue de la mano del genial Hergé y su personaje del tupé, Tintín, quien cumple ahora los 75 años de existencia, en una aventura sobre incas contemporáneos en un fabuloso Templo del Sol1. Sin duda la lectura apasionada de aquel cómic constituyó mi primer viaje alucinado a los Andes. Aquel recuerdo de mi adolescencia saltó de repente a la actualidad de mi vivencia del altiplano en Bolivia, varios años después, el mismo
día en que la comunidad Aymara de Tuqi Ajllata Alta, muy cerca del lago Titicaca, se alzó con el segundo puesto en el torneo cantonal de fútbol en Ajllata Grande. El trofeo otorgado como galardón para el segundo clasificado era una llama negra. Debatíamos en el pequeño patio de la escuela seccional los pormenores del torneo entre los jóvenes integrantes del equipo, las autoridades comunitarias y los comuneros en general, compartiendo, como es costumbre, trago de alcohol, cigarrillo y pijchu de coca, al tiempo que discutíamos qué hacer con el animal. Las diferentes propuestas no lo dejaban muy bien parado:
realizar una wilancha2 ceremonial con su sangre y posterior banquete colectivo en la comunidad parecía la opción más aplaudida por todos. Yo creo que el orgulloso auquénido debió escucharnos e hizo intención de tomar las de villadiego; se apartó de la plaza e inició una pequeña galopada que tuvo que frenar en seco ya que se asfixiaba con el amarro de la correa de seguridad que le habían colocado para evitar su fuga. El animal jadeaba y apenas podía llenar sus pulmones de aire. Ni corto ni perezoso, “el justicia”3 de aquel año, yo creo que por razones de su cargo, se apiadó del animal e hizo intención de acercarse para aflojarle la correa todo su deseo era facilitar el bienestar del animal, pero en cuanto se acercó a dos palmos de la llama, una sustancia espesa y verdosa impactó de repente en la cara del “justicia” ante el asombro primero y carcajada general de todos los presentes.
...texto continúa...

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