lunes, 19 de agosto de 2013

Ética, educación y ciudadanía Ethics, education, and citizenship

Las utopías son necesarias para recordar lo que hemos olvidado. Si las entendemos no como quimeras, sino en tanto motores de transformación, podemos mirar su afinidad con lo que llamamos “innovación”. La cultura de innovar, en su más amplio sentido, es y será algo a fomentar en los sistemas educativos en esta y la siguiente décadas. Sin embargo, hay ciertas precisiones.
Entendemos de manera elemental, pero no reductiva, que en ciencia, tecnología y educación la innovación es la habilidad sistemática de crear, transformar o mejorar algo para hacerlo aplicable a la resolución concreta de un problema. El eje de tal habilidad conlleva un enfoque de beneficios sociales comunes y, por ende, beneficios para la humanidad. En el caso de la innovación tecnológica existen indicadores para medirla, uno de ellos es el número de patentes que un país registra y, sobre todo, que el ciclo investigación-innovación-patente sea para un beneficio social.
En México, las tres instituciones de educación superior que más patentes registran son la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, y el Instituto Politécnico Nacional. Con todo, un porcentaje elevado de esas patentes que se generan en un año no representan una transferencia de beneficios a la sociedad mexicana, según datos de Sergio Estrada Orihuela, de la Academia Mexicana de Ciencias (La Jornada, 12 de junio de 2012, p. 2).

descar: http://www.innovacion.ipn.mx/Revistas/Documents/Revista%202012/Revista%2059/Portada_%C3%ADndice_editorial59.pdf

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