lunes, 26 de abril de 2010

Resultados de la Conferencia sobre Cambio Climático...

Acuerdo de los Pueblos
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17154

Declaración de los Pueblos Indígenas del Mundo
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17159

Construíram de baixo para que escutem os de cima
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17156http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17161 (esp)

A Carta da Terra
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17160

Movimientos sociales trazan estrategias post Cochabamba
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17138

La crisis climática afecta más a las mujeres
http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17145

Peasants advancing agricultural solutions to climate changehttp://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17144

Plantean crear Consejo Mundial de Pueblos Indígenas Originarios contra cambio climáticohttp://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17134

Políticas de militarización y el cambio climático

http://www.movimientos.org/conferenciamundialpueblos/show_text.php3?key=17146
Insumos RadialesEstrategias después de Cochabamba

http://radioteca.net/result.php/03020083

Propuestas para el cambio climático
http://radioteca.net/result.php/03020084
Camino hacia el Sumak Kawsay
http://radioteca.net/result.php/13030110

Videos
Diálogo con François Houtart

sobre Tribunal de Justicia Climática
http://www.youtube.com/watch?v=AM1RV8mnwkQDiálogo con Beverly Keene

sobre Deuda climática
http://www.youtube.com/watch?v=aCe6KgqJmRU

Diálogo con Julia Quispe, Representante de FERRACO
http://www.youtube.com/watch?v=smysU9Jcaug

viernes, 23 de abril de 2010

Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra

22 de Abril Cochabamba, Bolivia

Acuerdo de los Pueblos

Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.
De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.
Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discutir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.
Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.
El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma.
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.
El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.
La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.
Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.
Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.
Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema basado en los principios de:
Armonía y equilibrio entre todos y con todo.
Complementariedad, solidaridad, y equidad.
Bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierra.
Respeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Derechos Humanos.
Reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene.
Eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo.
Paz entre los pueblos y con la Madre Tierra.
El modelo que propugnamos no es de desarrollo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades fundamentales de su población, pero de ninguna manera pueden continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar. En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30% la capacidad del planeta para regenerarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra se necesitarían 2 planetas para el 2030.
En un sistema interdependiente del cual los seres humanos somos uno de sus componentes no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequilibrio en todo el sistema. Para garantizar los derechos humanos y restablecer la armonía con la naturaleza es necesario reconocer y aplicar efectivamente los derechos de la Madre Tierra.
Para ello proponemos el proyecto adjunto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:
Derecho a la vida y a existir.
Derecho a ser respetada.
Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas.
Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados.
Derecho al agua como fuente de vida.
Derecho al aire limpio.
Derecho a la salud integral.
Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos.
Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.
La visión compartida es estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero para hacer efectivo el Artículo 2 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que determina “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas para el sistema climático”. Nuestra visión es, sobre la base del principio de las responsabilidades históricas comunes pero diferenciadas, exigir que los países desarrollados se comprometan con metas cuantificadas de reducción de emisiones que permitan retornar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a 300 ppm y así, limitar el incremento de la temperatura media global a un nivel máximo de 1°C.
Enfatizando la necesidad de acción urgente para lograr esta visión, y con el apoyo de los pueblos, movimientos y países, los países desarrollados deberán comprometerse con metas ambiciosas de reducción de emisiones que permitan alcanzar objetivos a corto plazo, manteniendo nuestra visión a favor del equilibrio del sistema climático de la Tierra, de acuerdo al objetivo último de la Convención.
La “visión compartida” para la “Acción Cooperativa a Largo Plazo” no debe reducirse en la negociación de cambio climático a definir el límite en el incremento de la temperatura y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que debe comprender de manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza.
Los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, asumiendo su responsabilidad histórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda climática en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático. En este marco exigimos a los países desarrollados que:
Restablezcan a los países en desarrollo el espacio atmosférico que está ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la descolonización de la atmósfera mediante la reducción y absorción de sus emisiones.
Asuman los costos y las necesidades de transferencia de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido.
Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climático que han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países.
Asuman la deuda de adaptación relacionadas a los impactos del cambio climático en los países en desarrollo proveyendo los medios para prevenir, minimizar y atender los daños que surgen de sus excesivas emisiones.
Honren estas deudas como parte de una deuda mayor con la Madre Tierra adoptando y aplicando la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en las Naciones Unidas.
El enfoque debe ser no solamente de compensación económica, sino principalmente de justicia restaurativa – es decir restituyendo la integridad a las personas y a los miembros que forman una comunidad de vida en la Tierra.
Deploramos el intento de un grupo de países de anular el Protocolo de Kioto el único instrumento legalmente vinculante específico para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados.
Advertimos al mundo que no obstante estar obligados legalmente las emisiones de los países desarrollados en lugar de reducir, crecieron en un 11,2% entre 1990 y 2007.
Estados Unidos a causa del consumo ilimitado aumentó sus emisiones de GEI en 16,8% durante el periodo 1990 al 2007, emitiendo como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio del Tercer Mundo, y más de 20 veces las emisiones de un habitante de África Subsahariana.
Rechazamos de manera absoluta el ilegitimo “Entendimiento de Copenhague”, que permite a estos países desarrollados ofertar reducciones insuficientes de gases de efecto invernadero, basadas en compromisos voluntarios e individuales, que violan la integridad ambiental de la Madre Tierra conduciéndonos a un aumento de alrededor de 4ºC.
La próxima Conferencia sobre Cambio Climático a realizarse a fines de año en México debe aprobar la enmienda al Protocolo de Kioto, para el segundo período de compromisos a iniciarse en 2013 a 2017 en el cual los países desarrollados deben comprometer reducciones domésticas significativas de al menos el 50% respecto al año base de 1990 sin incluir mercados de carbono u otros sistemas de desviación que enmascaran el incumplimiento de las reducciones reales de emisiones de gases de efecto invernadero.
Requerimos establecer primero una meta para el conjunto de los países desarrollados para luego realizar la asignación individual para cada país desarrollado en el marco de una comparación de esfuerzos entre cada uno de ellos, manteniendo así el sistema del Protocolo de Kioto para las reducciones de las emisiones.
Los Estados Unidos de América, en su carácter de único país de la Tierra del Anexo 1 que no ratificó el Protocolo de Kioto tiene una responsabilidad significativa ante todos los pueblos del mundo por cuanto debe ratificar el Protocolo de Kioto y comprometerse a respetar y dar cumplimiento a los objetivos de reducción de emisiones a escala de toda su economía.
Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climático y rechazamos la noción de adaptación al cambio climático entendida como la resignación a los impactos provocados por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes deben adaptar sus estilos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. Nos vemos forzados a enfrentar los impactos del cambio climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una imposición, y además como herramienta que sirva para contrarrestarlos, demostrando que es posible vivir en armonía bajo un modelo de vida distinto.
Es necesario construir un Fondo de Adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climático como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equitativa por nuestros Estados. Bajo este Fondo se debe valorar: los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resarcimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos climáticos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien.
El “Entendimiento de Copenhague” impuesto sobre los países en desarrollo por algunos Estados, más allá de ofertar recursos insuficientes, pretende en si mismo dividir y enfrentar a los pueblos y pretende extorsionar a los países en desarrollo condicionando el acceso a recursos de adaptación a cambio de medidas de mitigación. Adicionalmente se establece como inaceptable que en los procesos de negociación internacional se intente categorizar a los países en desarrollo por su vulnerabilidad al cambio climático, generando disputas, desigualdades y segregaciones entre ellos.
El inmenso desafío que enfrentamos como humanidad para detener el calentamiento global y enfriar el planeta sólo se logrará llevando adelante una profunda transformación en la agricultura hacia un modelo sustentable de producción agrícola campesino e indígena/originario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio climático y aseguren la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de alimentos, garantizando, a través de una producción en armonía con la Madre Tierra, local y culturalmente apropiada, el acceso de los pueblos a alimentos suficientes, variados y nutritivos en complementación con la Madre Tierra y profundizando la producción autónoma (participativa, comunitaria y compartida) de cada nación y pueblo.
El Cambio Climático ya está produciendo profundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro.
El agro negocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políticas no hacen más que profundizar la crisis climática e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los Tratados de Libre Comercio y Acuerdos de Asociación y toda forma de aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombustibles, geoingeniería, nanotecnología, tecnología Terminator y similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.
Al mismo tiempo denunciamos como este modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la Soberanía Alimentaria y profundizando la crisis socioambiental.
Exigimos reconocer el derecho de todos los pueblos, los seres vivos y la Madre Tierra a acceder y gozar del agua y apoyamos la propuesta del Gobierno de Bolivia para reconocer al agua como un Derecho Humano Fundamental.
La definición de bosque utilizada en las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual incluye plantaciones, es inaceptable. Los monocultivos no son bosques. Por lo tanto, exigimos una definición para fines de negociación que reconozca los bosques nativos y la selva y la diversidad de los ecosistemas de la tierra.
La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente reconocida, implementada e integrada en las negociaciones de cambio climático. La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios considerando especialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales.
Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.
Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimiento de los bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets). Demandamos a los países a detener las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de bosques nativos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, implementando semillas forestales, frutales y de flora autóctona. Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y que se detenga urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas.
Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la efectiva aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y los derechos de los Pueblos Indígenas, en particular la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, entre otros instrumentos pertinentes, en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para resolver los desafíos planteados por el cambio climático. En especial, demandamos a los Estados a que reconozcan jurídicamente la preexistencia del derecho sobre nuestros territorios, tierras y recursos naturales para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático.
Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio climático.
En la actualidad la degradación medioambiental y el cambio climático alcanzarán niveles críticos, siendo una de las principales consecuencias la migración interna así como internacional. Según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las proyecciones para el año 2050 son de 200 a 1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones derivadas del cambio climático.Los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre los migrantes climáticos, acogiéndolos en sus territorios y reconociendo sus derechos fundamentales, a través de la firma de convenios internacionales que contemplen la definición de migrante climático para que todos los Estados acaten sus determinaciones.
Constituir un Tribunal Internacional de Conciencia para denunciar, hacer visible, documentar, juzgar y sancionar las violaciones de los derechos de los(s) migrantes, refugiados(as) y desplazados en los países de origen, tránsito y destino, identificando claramente las responsabilidades de los Estados, compañías y otros actores.
El financiamiento actual destinado a los países en desarrollo para cambio climático y la propuesta del Entendimiento de Copenhague son ínfimos. Los países desarrollados deben comprometer un financiamiento anual nuevo, adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo y de fuente pública, de al menos 6% de su PIB para enfrentar el cambio climático en los países en desarrollo. Esto es viable tomando en cuenta que gastan un monto similar en defensa nacional y destinaron 5 veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su voluntad política. Este financiamiento debe ser directo, sin condicionamiento y no vulnerar la soberanía nacional ni la autodeterminación de las comunidades y grupos más afectados.
En vista de la ineficiencia del mecanismo actual, en la Conferencia de México se debe establecer un nuevo mecanismo de financiamiento que funcione bajo la autoridad de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio Climático rindiendo cuentas a la misma, con una representación significativa de los países en desarrollo para garantizar el cumplimiento de los compromisos de financiamiento de los países Anexo 1.
Se ha constatado que los países desarrollados incrementaron sus emisiones en el periodo 1990 – 2007, no obstante haber manifestado que la reducción se vería sustancialmente coadyuvada con mecanismos de mercado.
El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea, devasta la tierra, el agua e incluso la vida misma.
La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es frágil e inseguro ante la especulación y la aparición de agentes intermediarios, por lo tanto, sería una total irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra.
Consideramos inadmisible que las negociaciones en curso pretendan la creación de nuevos mecanismos que amplíen y promuevan el mercado de carbono toda vez que los mecanismos existentes nunca resolvieron el problema del Cambio Climático ni se transformaron en acciones reales y directas en la reducción de gases de efecto invernadero.
Es imprescindible exigir el cumplimento de los compromisos asumidos por los países desarrollados en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático respecto al desarrollo y transferencia de tecnología, así como rechazar la “vitrina tecnológica” propuesta por países desarrollados que solamente comercializan la tecnología. Es fundamental establecer los lineamientos para crear un mecanismo multilateral y multidisciplinario para el control participativo, la gestión y la evaluación continua del intercambio de tecnologías. Estas tecnologías deben ser útiles, limpias, y socialmente adecuadas. De igual manera es fundamental el establecimiento de un fondo de financiamiento e inventario de tecnologías apropiadas y liberadas de derechos de propiedad intelectual, en particular, de patentes que deben pasar de monopolios privados a ser de dominio público, de libre accesibilidad y bajo costo.
El conocimiento es universal, y por ningún motivo puede ser objeto de propiedad privada y de utilización privativa, como tampoco sus aplicaciones en forma de tecnologías. Es deber de los países desarrollados compartir su tecnología con países en desarrollo, crear centros de investigación para la creación de tecnologías e innovaciones propias, así como defender e impulsar su desarrollo y aplicación para el vivir bien. El mundo debe recuperar, aprender, reaprender los principios y enfoques del legado ancestral de sus pueblos originarios para detener la destrucción del planeta, así como los conocimientos y prácticas ancestrales y recuperación de la espiritualidad en la reinserción del vivir bien juntamente con la Madre Tierra.
Considerando la falta de voluntad política de los países desarrollados para cumplir de manera efectiva sus compromisos y obligaciones asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, y frente a la inexistencia de una instancia legal internacional que prevenga y sancione todos aquellos delitos y crímenes climáticos y ambientales que atenten contra los derechos de la Madre Tierra y la humanidad, demandamos la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental que tenga la capacidad jurídica vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, las Empresas y personas que por acción u omisión contaminen y provoquen el cambio climático.
Respaldar a los Estados que presenten demandas en la Corte Internacional de Justicia contra los países desarrollados que no cumplen con sus compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto incluyendo sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero.
Instamos a los pueblos a proponer y promover una profunda reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que todos sus Estados miembros cumplan las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.
El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en la Conferencia de las Partes de Copenhague. Esta decisión nos compete a todos los pueblos. Por eso es necesaria la realización de un Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular, sobre el cambio Climático en el cuál todos seamos consultados sobre: el nivel de reducciones de emisiones que deben hacer los países desarrollados y las empresas transnacionales; el financiamiento que deben proveer los países desarrollados; la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática; la necesidad de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra y; la necesidad de cambiar el actual sistema capitalista.
El proceso del Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular será fruto de un proceso de preparación que asegure el desarrollo exitoso del mismo.
Con el fin de coordinar nuestro accionar internacional e implementar los resultados del presente “Acuerdo de los Pueblos” llamamos a construir un Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que se basará en los principios de complementariedad y respeto a la diversidad de origen y visiones de sus integrantes, constituyéndose en un espacio amplio y democrático de coordinación y articulación de acciones a nivel mundial.
Con tal propósito, adoptamos el plan de acción mundial adjunto para que en México los países desarrollados del Anexo 1 respeten el marco legal vigente y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % y se asuman las diferentes propuestas contenidas en este Acuerdo.
Finalmente, acordamos realizar la 2ª Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en el 2011 como parte de este proceso de construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra y para reaccionar frente a los resultados de la Conferencia de Cambio Climático que se realizará a fines de año en Cancún, México.
—-Fuente:
http://cmpcc.org/

martes, 20 de abril de 2010

Liderazgo con responsabilidad social

Por: Rodrigo Arce Rojas[1]

El liderazgo es una función social trascendental porque implica gestionar la energía cultural de un grupo a favor de la sustentabilidad y la equidad. Por eso podemos afirmar que un genuino liderazgo es aquel que se ejerce con responsabilidad social. Es por ello que queremos compartir algunas reflexiones sobre este tipo de liderazgo, de los otros tipos no voy a hablar.
El liderazgo con responsabilidad social es aquel que conjuga armoniosamente la visión del líder de un destino superior con la visión conjunta del grupo de objetivos superiores. Se podría decir entonces que el liderazgo con responsabilidad es aquel que parte de una visión compartida. En la construcción de esta visión el líder con responsabilidad social gestiona las ideas, los sentimientos, las emociones, el discurso y la palabra de manera equilibrada. El líder socialmente responsable es consciente que un enfoque fragmentario o un enfoque que apele a una sola o pocas dimensiones de la unidad biopsicosocial que es el ser humano podrían generar distorsiones en el camino.
El líder socialmente responsable conoce que la mente es muy compleja. Sabe que la mente exagera, distorsiona, descalifica todo aquello que no coincida con sus creencias y convicciones más profundas (disonancia cognitiva). Es consciente que la economía cognitiva o por ley del mínimo esfuerzo la mente tiene sesgos atencionales, de memoria y perceptivos. Sabe que las profecías autorrealizadas constituyen la mayor expresión del autoengaño y que existen estrategias evitativas y compensatorias de la mente para no tener que pasar el inconveniente de remover sus esquemas mentales preconcebidos (Riso, 2004). Es por eso que ejerce cotidianamente la búsqueda permanente de la ponderación y la objetividad.
El liderazgo socialmente responsable sabe que en los procesos existen funciones, roles, estructuras que debe reconocer apropiadamente. Es consciente además que en la dimensión humana se entremezclan posiciones (discursivas), intereses y necesidades. Sabe además que en un grupo humano existen percepciones, ideologías, símbolos, significados, sentidos, imaginarios, representaciones sociales, prejuicios e incluso barreras en la comunicación. Sabe que en un proceso social se mezclan intereses personales y sociales, proyecciones futuras, sentido de urgencia, historias y temperamentos. Consecuentemente no usa el discurso primero y superficial como fundamento de la participación. Diríase que el líder socialmente responsable busca en medio de este conjunto de factores la claridad necesaria para lograr la objetividad base para un legítimo sustento.
El liderazgo socialmente responsable se ubica en un marco de buen gobierno, la participación de todos los actores. Por lo tanto sus métodos no son los de la imposición, menos de la deslegitimación del otro. Reconoce que una de las cualidades más importantes de su ejercicio es la capacidad de escucha, el respeto, la tolerancia. Es consciente que la participación implica poner en juego los legítimos intereses de todos y cada uno de los actores y es capaz de salirse de su zona de comodidad para tratar de sentir y pensar como el otro. El líder socialmente tiene visión de país y de sostenibilidad y no busca únicamente lograr la satisfacción de sus intereses personales y de grupo si es que ello implica un costo de afectar al ambiente o a otras personas. En esencia, el líder socialmente responsable es profundamente democrático y en la genuina democracia todas las opiniones merecen ser escuchas aunque no coincidan con las mías.
El líder socialmente responsable sabe que todo proceso humano está sujeto a las imperfecciones, vacíos, omisiones e intereses. No reduce por tanto su accionar al inventario de errores o imperfecciones. Está muy claro sobre la visión compartida y los objetivos del proceso social y por tanto sabe hacer un apropiado balance de los aciertos y desaciertos. No se queda en la situación de lamentación, menos hace el papel de víctima. Un liderazgo socialmente responsable es altamente constructivo y propositivo. Pone en evidencia los errores para construir no para destruir.
Fundamentalmente, un liderazgo socialmente responsable es pedagógico y profundamente ético. Ahí donde cree que encuentra errores ilustra, aclara, ejemplifica, propone escenarios y cursos de acción. Su función es la de persuadir para que se tome conciencia de los impactos de tal o cual decisión. Pero también es humilde en aceptar que no necesariamente la razón está de un solo lado. Sabe que adoptar una posición de ese tipo es descalificar a los otros. Esa es una presunción que no le está permitida porque sabe que la verdad es un producto socialmente construido.
Nuestra democracia necesita fortalecerse con líderes socialmente responsables. Es la apuesta para contribuir a la sostenibilidad planetaria y por lo tanto es profundamente ecológica como espiritual.
Literatura citada:
Riso, Walter. 2004. Pensar bien, sentirse bien. Grupo Editorial Norma. Biblioteca Walter Riso. Bogotá, 202 p.
[1] Ingeniero Forestal. rarcerojas@yahoo.es

domingo, 11 de abril de 2010

AVANZA PREPARACION DEL IV FORO SOCIAL AMERICAS

Entre el 11 y el 15 de agosto próximo tendrá lugar en Asunción del Paraguay la cuarta edición del evento continental del Foro Social Américas. El proceso preparatorio de este encuentro ha cumplido ya varias fases y continúa avanzando, con la estrecha colaboración entre el Consejo Hemisférico del Foro y el Grupo Facilitador Paraguayo del IV FSA.Están ya en circulación los ejes temáticos para el Foro, que son el resultado de una construcción colectiva. Para su elaboración, el Consejo Hemisférico se basó en centenares de respuestas a una consulta abierta durante el mes de febrero, que fue respondida por un conjunto plural y diverso de entidades continentales, regionales, nacionales y locales; estos aportes, junto con un atento balance político de los procesos, agendas y debates en curso han sido integrados en esta nueva formulación.Los seis ejes temáticos definidos sintetizan las problemáticas, las propuestas, las transformaciones, las ideas y las luchas del continente al iniciarse la segunda década del siglo XXI. No se trata de definiciones excluyentes, sino más bien de orientaciones generales que permitirán ordenar las centenares de iniciativas que concurrirán al Foro y estructurar su programa con un sentido de articulación.Así, los ejes en su formulación general se refieren a: 1) Alcances y desafíos de los procesos de cambio en el hemisferio: post-neoliberalismo, integración, socialismos, Buen Vivir / Vivir Bien y cambios civilizatorios; 2) Estrategias de militarización y dominación imperial, y alternativas de resistencia de los pueblos; 3) Defensa y transformación de las condiciones y modos de vida frente al capitalismo depredador; 4) Las disputas hegemónicas: comunicación, culturas, conocimientos, educación; 5) Pueblos y nacionalidades indígenas originarios y afrodescendientes: el reto de la plurinacionalidad; 6) Memoria y justicia histórica. Se mantienen como ejes transversales igualdad de género y diversidades.En el calendario de preparación del Foro un momento destacado será la próxima Conferencia mundial de los pueblos sobre el cambio climático y los derechos de la Madre Tierra (Cochabamba, 19-22 abril), en cuyo marco se reunirá la Comisión de Metodología del Consejo Hemisférico; el seguimiento de las estrategias derivadas de la Conferencia tendrá a su vez amplio espacio en el próximo FSA.Las inscripciones para eventos autogestionados del IV FSA estarán abiertas entre el 1ro de mayo y el 30 de junio, a través del sitio www.forosocialamericas.org, donde también están disponibles otras informaciones sobre el Foro en Asunción.-- SECRETARÍA FSA - CHAv. La Coruña N28-26Quito - EcuadorTel. (593-2) 2904242Fax (593-2) 2524481www.forosocialamericas.org

martes, 6 de abril de 2010

El caso de Agripina Ccacca Mamani.

¿Mujer que vendió a su hijo?
La noticia corrió como reguero de pólvora acerca de la “venta de un niño”, ésta “noticia” sucedió en la provincia de San Román, específicamente en el distrito de Juliaca. Los “medios de comunicación” con sus periodistas habidos de mostrar el morbo, de presentar al lector una “noticia que vende” vieron propicio, adecuado a su gusto esta “noticia”, “mujer” vendió su hijo. Entonces imprimieron en primera plana y con un lenguaje recogido de la replana, “mala madre vende a su hijo” o algo así.
Responsabilidad de los “periodistas”
Alguna vez estos periodistas que emitieron esa “noticia” se habrán preguntado: ¿qué madre quiere el mal para sus hijos? se habrán preguntado ¿por qué entregó su hijo a otra familia? De cuáles fueron las razones, qué problemas enfrentaba esa madre para poder haber tomado esa decisión. ¿Se habrán informado acerca de todo eso? Se habrán informado ¿en qué situaciones se encuentra el hogar de esa madre de familia? ¿esa madre y su familia tendrán recursos suficientes para poder alimentarse por lo menos en el día a día? se habrán preguntado ¿en qué condiciones se encuentra la familia de esta madre? Creo que no. Porque sencillamente a esa madre se la acusó de ser una mala madre y es más, se la tipifica de ser una mala mujer. Y dónde está el padre. A este personaje no se le acusa, no se dice quién es y ni dónde esta, ni siquiera se menciona que también tiene responsabilidades frente al hijo que procreo.
Responsabilidad del Estado
Por otro lado el Estado a través del brazo legal y actúa de acuerdo a lo que dicen los medios, e inmediatamente se moviliza y “aplica la Ley” y sanciona. Demanda a la madre de familia. Pero, aquí viene la pregunta: ¿tiene o no responsabilidad el Estado ante el desamparo de esta madre de familia? ¿dónde están las instancias que deben de velar por las familias que pasan hambre, frío, que no tienen recursos ni para el pan del desayuno –si es que existe este-? ¿quién socorre a los pobres y desposeídos? ¿la fiscalía de la familia solo sirve para pedir sanción a una madre que no tiene ni recursos para mantener a sus hijos?. Entonces el Estado sólo esta para castigar y nada más. Y dónde están aquellas personas e instituciones qué dicen ¡no al aborto!. Ellos también cuestionan la decisión que tomó Agripina. En fin.
La pobreza y la estigmatización
En verdad, qué fácil es acusar, lanzar la piedra o señalar con el dedo acusador a una madre de ser “mala mujer” o “mala madre” sin antes comprender la realidad por la que pasa la madre de familia, sin ver sus necesidades, su condición precaria. Y porqué razones entregó en adopción a su hijo a otra persona, lo hizo viendo su situación económica de no poder asumir con la atención en la salud y educación del niño; pero no porque Agripina sea una mala madre o madre desnaturalizada, sino, en el afán de darle a su hijo un porvenir mejor y ese porvenir le han podido brindar los esposos que tomaron al niño. Agripina pensó en el hijo, ella sabía que no podía satisfacer con la necesidades de su hijo porque no contaba con los medios necesarios, y, es más aún tiene otras bocas que alimentar. El niño en el ceno del nuevo hogar estaría en mejores condiciones que al lado de Agripina. Eso es lo que pensó, y muchas de la familias andinas asumen o resuelven esos problemas de esta manera. Y ello es permitido en ese espacio.
Ahora, cuál es la acción que va a tomar el INABIF, acaso no es entregando en adopción a ese mismo niño a otra familia. O será que el INABIF o la entidad encargada de atender a ese niño va cuidar de de él hasta que éste pueda tener los años suficientes y que pueda valerse por si mismo. Claro que no. En un momento determinado va a tomar la decisión de entregar en adopción. Y eso mismo era lo que estaba haciendo Agripina.
Por otro lado nos podemos dar cuenta que nuestra país, espacialmente nuestra región esta atravesando una época de crisis, de muchos somos los que tenemos afrontar esta crisis económica a los que nos han llevado los gobernantes que hemos tenido. El sistema en el que vivimos sólo sirve para acusar, para hacer cumplir la Ley. Pero cumple con la Ley de apoyar, pero el hambre no alimenta con Leyes. Los pobre son acusados de inmediato ante la Ley y llevados a sanciones y condenas urgentes, pero los de cuello y corbata, ellos no, de ellos hasta los periodistas muy poco se ocupan, de ellos no levantan noticias sensacionalistas y conminadoras.
Tanto las formas de cómo se anoticia y como se juzga, son propias de este sistema que ha perdido sensibilidad, valores y sobre todo análisis de lo que se dirá como noticia, pero muchos consumimos ese producto barato teñido de sangre y morbo, lo que no debe ser así, los consumidores tenemos que ser más críticos de lo que consumamos.

lunes, 5 de abril de 2010

Denuncian que hidroeléctrica Inambari sólo será negocio redondo para empresas brasileñas

AIDESEP, 31 de marzo de 2010. La organización Pronaturaleza denunció que la construcción de la central hidroeléctrica Inambari solo generará destrucción para los pueblos indígenas pues, mientras sus territorios serán destruidos; EGASUR (formadas por las brasileñas OAS, Electrobras y Furnas) que operará la central, tendría ventas anuales por US$ 990 millones en los primeros 10 años y en 30 años serían de US$ 28 mil millones.

Y si se considera el 12% de utilidad neta después del pago de impuestos , las utilidades de EGASUR SAC serían de US$ 119 millones en los primeros 10 años, mientras que en 30 años ascenderían a la friolera de US$ 3,350 millones.

Más allá del daño social y ambiental que generará la construcción de la central hidroeléctrica de Inambari sobre las zonas más vulnerables de Madre de Dios y Puno, existe un tema muy interesante que pone en desventaja al Perú frente al Brasil, en estos primeros inicios de asociación energética.

Sin embargo, las ganancias no quedan allí. Sucede que como las centrales brasileñas de Madeira, Santo Antonio y Jirau, solo contarán con pequeños reservorios, para respetar la legislación ambiental de ese país, Inambari con su gran capacidad de represamiento, jugaría un rol de afianzamiento entre ellas, es decir, esas centrales podrán disponer de más agua,n inclusive en el periodo seco.

Este encadenamiento entre ellas tendría un valor de US$ 219 millones anuales. Dicho monto sería una utilidad neta dado que no hay costos asociados. En fin, un negocio redondo para Brasil pero no para Perú.